El ARA San Juan era un submarino del tipo TR-1700, de 66 metros de eslora (largo) y 7 de manga (ancho). Formaba parte de un encargo de cuatro naves que la Argentina le hizo a la a la empresa alemana Nordseewerke a mediados de la década de los 70. Llegaron sólo dos: el desaparecido hace un año, entregado en 1985 y operativo desde el año siguiente, y el Santa Cruz, terminado en 1984.
Nordseewerke, la compañía que lo construyó, funcionaba desde 1903 pero tuvo problemas económicos y dejó de fabricar buques en 2010, tras ser absorbida por otra firma y mudar sus actividades a la construcción de componentes para naves en altamar.
La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina contaba, hasta el hundimiento del San Juan, con tres submarinos operativos. Los otros son el Salta y el San Luis.
El San Juan tenía una autonomía de navegación de 90 días, siempre y cuando emergiera cada 48 horas para la recarga de oxígeno. En condiciones óptimas, podía desarrollar una velocidad máxima de 45 kilómetros por hora (25 nudos) en inmersión y de 27 kilómetros por hora (15 nudos) en superficie.
La propulsión era eléctrica, a base de sus 960 elementos de baterías de plomo-ácido. La energía de esos acumuladores servía para hacer funcionar el motor eléctrico de propulsión de 6.400 kilovatios de potencia. Es qque le transmitía el movimiento a la hélice. Tenía además cuatro motores diésel MTU de 16 cilindros en V y 1.200 kilovatios de potencia que movían otros tantos generadores eléctricos de 4.000 amperios para cargar las baterías.
Como nave de guerra, tenía capacidad para cuatro torpedos. El sistema de control de tiro es de la empresa Signaal-Apparatem y está constituido por una computadora que permite el procesamiento automático de cinco blancos y el guiado de tres torpedos simultáneamente.
Su capacidad de inmersión llegaba a los 250 metros de profundidad. Lo encontraron a los 800.
El alargue de vida
El ARA San Juan ingresó el 17 de agosto de 2007 al Astillero Ministro Manuel Domecq García para realizarle la denominada reparación de media vida. Le hicieron un corte en el casco para poder retirar y cambiar su planta propulsora, los motores diésel y las 960 baterías. Además, el cambio de válvulas y sistema eléctrico.
Los trabajos sufrieron varios retardos. El ensamblaje del caso comenzó en 2011. En esos momentos se completó la modernización con un radar portátil de navegación, nuevos equipos de comunicaciones y un plóter Garmin GPSMAP 5012.
La nave volvió al mar en 2014, año en el que realizó las pruebas de seguridad tras las reparaciones. Los trabajos, oficialmente, garantizaban una extensión de vida de 30 años. Colapsó en la décima parte de ese tiempo.