Mientras los fanáticos de su fina y elegante música todavía recuerdan su presentación en el Auditorio Fundación, hace ya muchos años, los porteños podrán disfrutar nuevamente de la presencia de Djavan, un creador de infinita “musicalidad”, como alguna vez lo definió Caetano Veloso.
El músico brasileño llega a Argentina para presentar el próximo miércoles 7 en el Teatro Gran Rex, su último disco “Vidas pra contar”, el número 23 de su rica carrera. Djavan afirmó que a la hora de hacer música “siempre” apuntó a la diversidad y consideró que este álbum, es uno de sus trabajos “más personales”.
“Mi música tiene estilos variados. Eso es recurrente en mi formación. Yo tuve una formación diversificada y mi trabajo refleja esa condición. Trabajo con todos los géneros y siempre puse el foco en la diversidad en mi música”, remarcó el artista en diálogo con Télam, al ser consultado sobre los diferentes estilos que se cruzan en este nuevo registro.
Respecto al aspecto lírico, el músico advirtió que “en general” no suele hacer referencias a cuestiones personales, pero reconoció que en “Vidas pra contar” hizo una excepción y apela a lugares familiares y personajes que marcaron su existencia.
“Este fue el disco en donde más hablé de mí. Hablo de la relación con mi madre en ‘Dona do horizonte’, porque ella fue quien descubrió desde temprano mi vocación musical. En ‘Vida nordestina’ hablo de la fraternidad de Alagoas, mi pueblo natal, de su religiosidad, del sufrimiento y de la alegría de su folclore. Y también elegí hablar sobre cómo la política y lo social atraviesa al ser humano en ‘Enguisado’”, detalló Djavan.
Lo cierto es que “Vidas pra contar”, con ritmos de bossa nova, jazz, samba y bolero, entre otros, también presenta el particular cruce de estilos a los que este artista acostumbra, con su impronta caracterizada por el complejo entramado de acordes desde lo armónico y la simplicidad desde lo melódico.
En el show que ofrecerá en el país, Djavan estará acompañado por Paulo Calasans, en piano; Carlos Bala, en batería; Marcelo Martins, en vientos; Jessé Sadoc, en trompeta; Marcelo Camargo Mariano, en bajo; y Joao Castillo, en guitarras.
También habrá una puesta basada en la escenografía y un sistema lumínico, creado por la artista Suzane Queiroz, en la cual se pondrá de relieve el concepto que atraviesa el disco.
Desde su casa ubicada en Barra de Tijuca, en Río de Janeiro, se refirió al show que brindará en la Argentina y, entre otras cuestiones, también analizó el complicado momento político que vive su país.
– Este disco abre con la canción “Vida nordestina”. ¿Siente que debe su estilo musical a esa región?
– Yo tengo una música muy personal con una formación muy diversa. Mi música no tiene nada que ver con las regionalidades.
– Cuando era muy joven, usted se fue a Río de Janeiro, ¿qué elementos agregó allí a su música?
-El grueso de mi formación fue en el nordeste y en Río agregué valores nuevos, una música más urbana. También tomé contacto con una mayor variedad de estilos. Así que la mezcla de lo aprendido en el nordeste y lo que agregué en Río me dio una formación con una lectura más universal que local.
– Y de la música argentina, ¿tomó algo?
– Argentina produce una música muy linda, muy delicada, pero con una escasa influencia de la música española. Yo tengo mucha influencia de la música española, al punto que cuando estuve en Sevilla por primera vez sentí que estaba volviendo a un lugar en donde había vivido. Así que, me gusta mucho el tango, pero no creo que mi música tenga ninguna influencia de la música argentina.
– ¿Qué visión tiene de los acontecimientos políticos que vive Brasil?
-D: En este nuevo disco, hice una canción que se llama “Enguisado” para hablar de estas cosas. Brasil está viviendo una de sus fases más importantes con esta persecución a los corruptos. Hay que cambiar la manera de hacer política, lo que se hace con el dinero público. Tenemos que formar una nueva casta política. Entonces, todo esto que parece un gran caos, para mí es una gran esperanza. Estamos dando un ejemplo de democracia a toda Latinoamérica. Nunca imaginé que iba a ver a los empresarios más ricos de Brasil en los estrados. Hay una gran esperanza de que vamos a poder resolver muchas cuestiones muy antiguas.
– ¿Cree que estos cambios se reflejarán en el arte?
– El arte revela la situación que los artistas están viviendo en general. Cada uno crea influenciado por la situación política, económica y social de su comunidad. Así que, acá en Brasil, tendrá su reflejo.
– Pasaron 40 años de su primer disco, ¿qué balance hace?
– Yo hice lo que pude y tengo la impresión que lo hice bien. Hay errores, cosas que haría diferente, pero todo se relaciona con la persona que era en cada momento, por eso no cambiaría nada. Obviamente, ahora me sale todo mejor porque tengo 40 años de experiencia. Pero todo lo que hice fue de manera original sin sufrir influencias externas.