Es difícil encontrar las palabras para tratar de analizar la jornada vivida en el Gigante de Arroyito. Quizás una buena forma sería ver el día que cubrió en la fecha a la ciudad. Negro, oscuro, por momentos lluviosos. Y se podría decir, que el Canalla estuvo acorde a la climatología. Tarde gris, muy gris. Y descenso a la segunda división tras 24 años.
Por primera vez Central jugará a partir del mes de agosto en el Nacional B. La última vez que actuó en segunda división lo hizo en la vieja B Metropolitana, que hoy es la tercera divisional nacional.
Desde el inicio mismo del partido la mano vino cambiada. Si bien el Canalla inquietó el arco de Cambiasso con algunos centros ganados en el área rival, en la primera que tuvo el Albo, a los 7’ por intermedio de Vieytes metió un golpe directo al mentón que dejó tambaleando a Central con sensación de nocaut.
Con autoridad, seguridad y solvencia el equipo de Pepe Romero manejó los tiempos del encuentro, mientras el conjunto de Madelón veía como los minutos pasaban y la ansiedad se apoderaba de cada jugador.
Así se fue consumiendo el primer tiempo. Y cuando este terminaba, el visitante que había tenido algunas contras como para aumentar, puso el 2 a 0 por intermedio de Campodónico y directamente empezó a condenar al Canalla.
Para colmo de males, cada vez que Central estuvo cerca como para conseguir el empate apareció Cambiasso de manera sensacional como para bajar aún más la autoestima de los jugadores locales.
Con el arranque del complemento, el técnico canalla intentó patear el tablero y realizó los tres cambios en el entretiempo. Pero poco fue lo que cambió en Central. Casi nunca puso en reales aprietos el arco visitante que cuando necesitó de su número 1, allí apareció en todo su esplendor para quedarse una y otra vez con las esperanzas locales.
Ilusiones que definitivamente se terminaron de desvanecer cuando a los 20’ Vella tomó un rebote tras un corner y con un derechazo cruzado marcó el 3 a 0 que sería final.
Dolorosos, tristes, lacerante. Así son los descensos. Y así fue la tarde en el Gigante. Central pagó muy caro sus errores y luego de 24 años volverá a jugar en la segunda categoría del fútbol argentino.