Robo fácil pero de poco rédito. La prestadora estatal Aguas Santafesinas difundió que durante el último semestre contabilizaron 200 medidores robados en Rosario. El caso detectado más reciente terminó con la detención de una persona de 33 años en la madrugada de este martes. Tenía encima dos aparatos arrebatados de la red y las herramientas con las que los arrancó: dos trinchetas y un destornillador. El parte oficial menciona que fue interceptado por personal de la Policía de Acción Táctica en la zona de calle Pérez Bulnes al 6800, mojado por la maniobra y en actitud que les llamó la atención. El detenido, identificado como Guillermo A. L., tenía sobre sí un pedido de captura de hace dos años. En la cuadra, los charcos de agua ponían en evidencia la falta de dos equipos.
Desde Aguas Santafesinas dijeron a El Ciudadano que no aumentó el número de medidores robados en relación a las cifras contabilizadas durante el último semestre. “Lo novedoso, si se quiere, es que se detecte el delito y agarren en el acto a los que roban los equipos, lo que antes no pasaba”, agregaron.
La prestadora del servicio informó que en lo que va del año suman “cuatro o cinco los casos esclarecidos”.
Voceros de la distribuidora descartaron que los equipos robados se puedan vender en un mercado paralelo para el uso en viviendas o comercios. “Los medidores están numerados y sabemos a qué dirección pertenecen. Otro punto importante es que los prestadores del servicio son empresas públicas, cooperativas y algunos pocos municipios, por lo que es demasiado riesgoso que esas prestadoras compren algo robado. El paso siguiente de la Justicia será ver qué es lo que hacen con los equipos”, respondieron.
“Creemos que sacan y separan el plástico de los engranajes de la carcasa, que es lo que queda de metal, y le dan algún uso de reventa en algún chatarrero. No es mucho el dinero que se puede sacar porque prácticamente no tienen bronce, en su mayor parte se trata de aleaciones con metales de menor valor”, explicaron.
Días atrás, este diario daba cuenta de un hecho similar que está en trámite judicial.
Fácil de robar pero difícil de ocultar
La caja de los medidores de agua es de libre acceso, por lo que de Aguas Santafesinas dijeron que con un alicate se puede cortar el caño y así llevarse el aparato, aunque con daños a la red: “Una vez que eso ocurre, queda el usuario sin servicio y una pérdida de agua en la vereda, lo que deja como evidencia que en esa vivienda hubo un robo del medidor. Estamos alertando a quienes fueron víctimas de este tipo de delitos que, si detectaron el robo, primero llamen a la Policía y luego a Aguas para que se le reponga el servicio. En todos los casos en que detuvieron a personas que habían sustraído equipos, desde Fiscalía nos llamaron inmediatamente para que retiremos los medidores y así pudimos volver a colocarlos”.
El medidor es un reloj que registra el paso del agua y funciona con un mecanismo de engranajes plásticos. Unas paletas que giran por el paso del agua les transmiten el movimiento y finalmente se traduce en un marcador digital que registra el volumen de paso de líquido en la unidad metros cúbicos.
El costo del equipo ronda los 25 dólares. La reposición le sale a la empresa otros 400 pesos para la colocación y los gastos del traslado de cuadrillas y trabajo de operarios.