Desde temprano se interesó por la música por la propia influencia de su familia. Estudió en la ciudad y en 1947 emigra a la capital del país con su familia. Paralelamente al aprendizaje del clarinete, practica futbol.
En Buenos Aires continúa con en deporte en el Club Platense y paralelamente gracias a la insistencia de su profesor, Ruggiero Lavecchia, cambia el clarinete por el saxo alto y abandona el fútbol ante la falta de mayores oportunidades en el deporte.
De lado el deporte, se aboca completamente al desarrollo musical y comienza el recorrido por el mundo del jazz en Buenos Aires dónde se gana un nombre como saxofonista que lo lleva a formar parte de la orquesta de Lalo Schifrin hacia 1953. Esta experiencia le fue muy enriquecedora y lo consolida como músico y lo decide a formar su propia banda.
En 1962 viaja a Roma y pasea por Paris, conoce a músicos de la talla de Don Cherry, con el cual se une a su grupo y se empapa de toda la vanguardia jazzera.
Sigue su recorrido europeo llegando a tocar también con Mike Mantler’s Jazz Composers’ Orchestra sobre el ocaso de los ’60.
Entrados los ’70 redefine su perfil experimentando un cambio musical de envergadura, influenciado por los grandes músicos del genero, lleva su sonido a los ritmos y texturas latinas, experimentando con instrumentos típicos, con aliados fundamentales en ese proceso como Domingo Cura y Adalberto Cevasco, editando discos con exploraciones de ritmos y sonidos brasileños, afrocubanos y argentinos, le proporcionaron un gran prestigio en el mundo del jazz.
Cabe destacar que el gran salto del Gato fue con la incorporación al staff de Bertolucci, para la musicalización del film «El Último Tango en Paris», éxito comercial por donde se lo contemple, por su sonido sensual y los irresistibles climas generados a través de la música hacia la imagen.
La carrera de Barbieri siempre fue para mejor, interpretó «Europa» magistral pieza de Carlos Santana, reformulando el sonido jazz-rock fusión y consiguió los mejores contratos para las discográficas especializadas.
Desde hace años reside en Nueva York y toca poco, aquejado por una disfunción coronaria, pero de vez en cuando sale de gira, como la del año 1999 que lo trajo a tocar en el Monumento Nacional a La Bandera en la ciudad de Rosario, hoy el «Gato» Barbieri, festeja los 78 años de vida.
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