La sólida y aceitada organización de los docentes de la provincia de Santa Fe, materializada en Amsafe, no sólo es un instrumento idóneo para dirimir sobre condiciones de trabajo, salarios dignos y calidad educativa, sino que también ayuda a articular otras actividades relacionadas directamente con la problemática docente.
Una de ellas, claro está, es la campaña de vacunación contra el covid-19 en el inédito contexto de pandemia que tiene en vilo al país desde hace poco más de un año.
Es preciso recordar que desde Amsafe se implementa todos los años una campaña para que los docentes accedan a la vacuna antigripal, articulada desde los Comités Mixtos de Salud y Seguridad.
Otro registro, un poco más allá en el tiempo, fue la experiencia con la vacuna contra la Gripe A.
En este complejo, y por momentos caótico, contexto de pandemia la organización sindical se cargó la tarea de la vacunación como “indispensable”.
Ya desde la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), en febrero pasado se planteaba la necesidad estratégica de la vacunación al personal docente en una reunión con el presidente Alberto Fernández y se celebró intensamente cuando el gobierno nacional decidió comenzar la vacunación a las y los trabajadores de la educación de todo el país el 25 de febrero último.
Así, el 3 de marzo comenzó, contra reloj, la vacunación a docentes en la provincia de Santa Fe, fruto del trabajo en las paritarias de Amsafe en defensa de la Salud.
“La salud de nuestras comunidades educativas depende también de cada una de nosotras y nosotros. Debemos prevenir los riesgos en la salud de las y los docentes y estudiantes, trabajando con conciencia colectiva. Vacunate. Nos Cuidamos Entre Todxs”. Fue la consigna que el gremio llevó a cada rincón de las escuelas para alcanzar el objetivo.
Primero se convocaron a los maestros y maestras de jardines de infantes, primero, segundo y tercer grado, y de escuelas especiales. Como ya se había definido previamente en el Consejo Federal de Educación, fueron privilegiados por la dificultad de garantizar las normas de protocolo entre los niños de menor edad escolar.
Hoy, la realidad es que la vacunación avanza a ritmo sostenido pero aún falta. En realidad, lo que falta son vacunas, dilema de escala mundial en el marco de pandemia.
Las y los docentes, a la salida de los puntos de vacunación en lo que se dio en llamar el “sector de observación”, donde se encontraban aquellos que ya se habían vacunado y debían esperar para evitar cualquier problema que surgiera pos inoculación, evidenciaban de manera explícita un marcado optimismo por la efectividad y organización del dispositivo. También, todas y todos, acreditaban que el trámite, desde el registro a la inoculación, fue muy simple, “cero burocracia” afirmaron.
Sin duda, un paso adelante. Aunque, claro, esto recién empieza.