Un hombre identificado como Miguel Ángel Alcaraz se convirtió en la cuarta víctima del tiroteo desatado el pasado viernes en un pasillo precario cercano a la intersección de bulevar Seguí y Felipe Moré, en el límite de barrio Triángulo y Moderno y el comienzo de la Vía Honda. Alcaraz tenía 42 años y llegó trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) desde pasaje Cerrillos al 3700 con múltiples heridas de arma de fuego. Allí agonizó casi una semana con pronóstico reservado. Esa noche murieron el ex boxeador Nahuel “La Cobra” Zarza, de 27 años; Lucas Ariel «Chueco» Luján, de 26, y Esteban «Tacuara» Benítez, de 36. La causa aún no tiene detenidos y la principal hipótesis es que el ataque estuvo dirigido a un puesto de venta de drogas y a quien estuviera allí sin importar quien fuera. “Fue guerra de los narcos que se pelean por la zona; para hacer cerrar un búnker tienen que matar inocentes, es la única forma para que otros laburen tranquilos”, describió una vecina el contexto de la balacera. Otra voz dijo que encargado del búnker no había pagado el cánon semanal, con las consecuencias conocidas.
El triple crimen fue cometido a las 23.30 en Cerrillos al 3700. Los homicidas fueron dos que se trasladaban en moto por esa callejuela y cuando pasaron cerca de las víctimas, que estaban en la entrada de un pasillo, abrieron fuego para luego escapar a toda velocidad.
Cuando las detonaciones cesaron, los vecinos se asomaron y advirtieron que había cuatro personas desvanecidas. Sin esperar a la ambulancia, los habitantes de la cuadra se dividieron con personal policial para llevar a las víctimas hasta el Heca. El campeón y ex boxeador profesional La Cobra Zarza; Chueco Luján y Tacuara Benítez llegaron a la guardia y los médicos informaron que habían fallecido. Más tarde los peritos recogerían 18 vainas servidas calibre 9 milímetros.
Triple crimen en barrio Triángulo y Moderno: pasaron en moto y acribillaron a tres jóvenes
Este jueves se conoció que el cuarto herido, Alcaraz, quien era vecino del lugar del ataque, falleció.
En el sitio de la masacre, los pesquisas recogieron bolsitas de cocaína y la fiscal Marisol Fabbro indicó que “se estableció que podría haber una vivienda que funcionaba como búnker, en ese momento estaba cerrado sin ocupantes”.
Con el correr de las horas, los detectives de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) barajaron la posibilidad de un enfrentamiento. Sin embargo, no fueron halladas armas en el lugar. Tampoco estaba claro si alguna de las víctimas habría participado.
Una mujer que vive de cerca los conflictos de esa zona sentenció que “tirotearon ahí porque no pagaron la zona: cada búnker tiene su zona para vender y se paga por semana. Y si no se paga, te tirotean, esta vez fue por eso”. De los comentarios se desprendió que semejante lógica criminal ya no es novedad. “Hubo uno que justo fue a comprar para un amigo y quedó metido en el medio, también dicen que otro se iba a casar el sábado”, se escuchó en ese sector entre la Vía Honda y Triángulo.
Familiares Benítez y Luján brindaron testimonios calcados sobre el destino de esos hombres. Según estas versiones, habían ido a comprar droga a ese sector del sudoeste y por azar quedaron en la línea de fuego.
“Mi hermano venía de trabajar y como todos los días él se compraba el vicio. Le tocó a él. A él y los otros tres chicos. No lo pueden matar así porque sí; no era un pibe malo, no tenía problemas con nadie. Lo único era que se drogaba. Quiero justicia”, expuso Débora, hermana de Benítez, que junto con allegados se manifestó este martes en los Tribunales de Balcarce y Pellegrini para exigir justicia.
Sobre Luján, que vivía en Cabín 9, su tía Verónica expuso: “Mi sobrino trabajaba de lunes a viernes desde chico. Era adicto a la droga. Ese día fue hasta el lugar sólo a comprar y quedó en medio de una disputa que nada tenía que ver con él. El que lo conoció sabe la clase de persona que era, estuvo en el momento equivocado pero no tenía culpa de nada”.
Mensajes de tenor similar expresaron en las redes sociales familiares del ahora fallecido Alcaraz.
La Cobra, la víctima restante, en 2016 había alcanzado el título superliviano de la Fedelatin de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) al vencer al panameño Alberto “Metralleta” Mosquera, máximo hito de su breve carrera como púgil. Era vecino de Valparaíso al 3700 y testimonios recientes lo ubicaron ganándose la vida como paquetero: “Vendía bolsitas y repasadores, pero algunos dicen que vendía droga”. Otros dijeron que “vendía y consumía”.
Como sea, al conocerse la noticia sobre el crimen del campeón de los superlivianos, las redes se llenaron de mensajes de despedida.
La Cobra Zarza: el campeón de boxeo fue una de las víctimas del triple crimen en barrio Triángulo