Una masiva jornada nacional de protesta convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) sirvió ayer de espaldarazo para los trabajadores de Paraná Metal, que desde hace más de un mes vienen peleando por la reactivación de la autopartista de Villa Constitución, en defensa de más de 900 fuentes de empleo en riesgo. En Rosario, la seccional local de la CTA marchó de plaza 25 de Mayo a plaza San Martín, donde se realizó un acto con la participación de un grupo de obreros de Paraná Metal. En tanto, la CTA provincial movilizó a Buenos Aires y se sumó a la manifestación de la central que conduce Hugo Yasky en solidaridad con los empleados metalúrgicos. Docentes provinciales nucleados en Amsafé y de la Universidad Nacional de Rosario agrupados en Coad fueron al paro. Hubo más de cien cortes de ruta en distintos puntos del país. En tanto, los trabajadores de la autopartista caminaron de la planta industrial al corte que mantienen en la autopista a Buenos Aires a la altura de Villa, donde realizaron un acto.
El conflicto de Paraná Metal muestra final abierto. Los empleados decidieron continuar con los cortes en la autopista Rosario-Buenos Aires y en la ruta 21 y rechazar la propuesta de la empresa MyS SA, que establecía sostener la totalidad de los puestos laborales, con 360 obreros cobrando el salario normal de convenio y los otros 600 en un esquema de suspensiones rotativas percibiendo alrededor de la mitad del sueldo, con una parte pagada por la empresa más el subsidio Repro del Estado nacional.
Los trabajadores, con el respaldo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Villa Constitución, elaboraron una contraoferta donde aceptaron las suspensiones pero consideraron muy bajo el piso salarial para los suspendidos. La firma MyS, del empresario Cristóbal López, mantuvo su postura, y ahora los operarios y dirigentes sindicales apuestan a seguir negociando en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Otros de los reclamos de los empleados tienen que ver con la apertura de una lista de retiro voluntario y el pago de las correspondientes indemnizaciones, además de recuperar mercados locales e internacionales, como Ford Brasil, el principal cliente que tuvo Paraná Metal y que dejó de comprar los blocks de motores por problemas de calidad, según indicaron los trabajadores. El argumento de la empresa en este sentido es que ese mercado se cayó a partir de un paro de los operarios de Paraná Metal en demanda de una recomposición salarial.
“Fue una ineficiencia de las partes gerenciadoras y los jefes porque desde marzo Ford ya planteaba el rechazo de clientes y advirtieron que iban a tener que comprar en otro lado”, dijo ayer Claudio Rivas, delegado sindical de Paraná Metal.
Funcionarios de la cartera laboral evalúan por estas horas las dos alternativas planteadas para salvar la metalúrgica de Villa Constitución, que consisten en buscar nuevos inversores o convertir a la empresa en una cooperativa. Si bien los trabajadores avanzaron con esta última posibilidad también reconocen que para poner las maquinarias a punto y reactivar la planta necesitan de una suma importante de dinero, más la palanca del gobierno nacional.
Como se dijo, la fábrica de blocks de motores está paralizada desde principios de agosto tras la decisión de la empresa MyS de no presentar plan de negocios –en el marco del concurso de acreedores– para seguir al frente de la autopartista. Desde ese momento todo quedó en manos de la Justicia y se abrieron plazos legales para encontrar una solución y evitar la quiebra.
José Díaz, obrero de Paraná Metal e integrante de la comisión interna, sostuvo que “todo es muy confuso” y apuntó a la decisión de la empresa de retirarse de la autopartista villense. “No nos informaron nada. Eso es un análisis que se hace en base a un comunicado que lanzó Fabián de Souza, directivo de la empresa. Con la producción que hay hoy, es posible que así sea, que la empresa se retire”, sostuvo el dirigente.