Los violentos siguen ganando. Ésa podría ser la síntesis de los comentarios y las idas y vueltas que tuvieron en las últimas 48 horas los incidentes producidos hace doce días en una de las populares del Coloso, en el que fue golpeado el líder de la barra brava, Diego Panadero Ochoa. Anteayer, dos de las personas señaladas como autores materiales de la agresión se presentaron en sede policial y, tras declarar, quedaron detenidas. Además, se conoció que la Policía presentó un listado donde figuran unos 25 hinchas de las dos facciones en las que habría quedado dividida la barra de Newell’s, tras los incidentes del pasado 4 de septiembre.
Pero esto no termina en la confección del listado. Voceros policiales y judiciales indicaron que el club no presentó listado alguno ni tampoco el pedido de aplicación del derecho de admisión, negando los rumores y las versiones que circularon anteayer. En tanto, fuentes oficiales explicaron que el único que puede pedir el derecho de admisión es el club. “Ni la Policía ni los funcionarios, por su cuenta, pueden aplicar el derecho de admisión, porque eso sería un abuso de autoridad”, explicaron, con lo cual hasta anoche no se sabía a ciencia cierta si en el partido de hoy podrían ingresar los cabecillas de la barrabrava rojinegra o si deberán presentarse en una sede policial durante el tiempo que dure el encuentro entre Newell’s y Estudiantes por la Copa Sudamericana.
En la mañana de ayer, una lista confeccionada por la inteligencia de la Policía rosarina en la que figuran alrededor de 25 hinchas de las dos facciones de la barra de Newell’s fue presentada en el despacho del juez de Instrucción Juan Carlos Vienna, quien durante la misma mañana recibió a los máximos dirigentes del club del Parque de la Independencia y a funcionarios de la Unidad Regional II. Pero la agitada mañana no terminó ahí, ya que luego indagó a las dos personas acusadas por el Panadero como quienes lo atacaron el sábado 4, quienes se presentaron en forma espontánea y quedaron tras las rejas luego de dar su versión de los hechos.
El jefe de la División Operaciones de la UR II, José Luis Juárez, dijo que la Policía realizó un informe de inteligencia a raíz de la fractura de la barra de Newell’s del cual resultó un listado que comprende a miembros de las dos facciones y en el que se encontraría el sindicado actual líder Diego Panadero Ochoa, con la intención de que les sea restringido el ingreso a la cancha.
Voceros policiales indicaron que la lista se confeccionó con algunos datos aportados por las autoridades del club ya que, por ser una entidad con asociados, tienen acceso a datos fehacientes –como fotos y apellidos– que la Policía puede desconocer. Pero ese aporte no incluyó nombres, números de teléfonos ni domicilios que permitan dar con los barrabravas.
Durante gran parte de la jornada de ayer, voceros judiciales y policiales coincidieron en afirmar que a partir de ese listado se iban a ejecutar una serie de medidas para brindar seguridad a quienes quieran ir a ver el cotejo de esta noche, entre ellas la restricción de ese grupo de personas al partido que el equipo rojinegro disputará contra Estudiantes por la Copa Sudamericana y también el del próximo domingo, con River Plate (partido considerado de alto riesgo) por una nueva fecha del torneo Apertura.
Las medidas tienen que ver con el derecho de admisión, previsto en la ley del Deporte, en el que se requiere que durante la disputa de los partidos los hinchas con restricción permanezcan en una seccional policial o en su defecto se mantengan a más de 500 metros de la cancha.
Si bien fuentes judiciales indicaron que en la mañana de hoy el juez dispondrá que a las personas que integran la lista, entre los cuales estaría el Panadero Ochoa, se les aplique el derecho de admisión, voceros del gobierno provincial dijeron que ni la Policía ni la Justicia tienen la potestad para hacerlo.
El artículo 14 de la resolución 838/09 que habla del derecho de admisión en los espectáculos futbolísticos, asigna a las entidades deportivas –entre otras cosas– la función de supervisar que no ingresen personas que a su juicio puedan alterar el orden durante el transcurso del espectáculo, requiriendo en caso de conflicto la colaboración policial para hacer efectivo el ejercicio del derecho de admisión de la entidad organizadora.
“El único que puede pedir el derecho de admisión es el club. Ni la Policía ni los funcionarios, por su cuenta, pueden aplicar el derecho de admisión, porque eso sería un abuso de autoridad. Hasta ahora Newell’s no pidió nunca el derecho de admisión”, explicaron.
Dos versiones distintas de una pelea
En tanto, dos de los hinchas rojinegros acusados por Diego Panadero Ochoa de haberlo golpeado y robado durante el partido que disputó Newell’s hace doce días se presentaron anteayer a la noche en la sede de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), ubicada en la zona oeste. “Se presentaron en forma espontánea porque se enteraron que eran buscados por la Justicia”, dijo el abogado Carlos Varela, quien representa a Matías P. y Maximiliano R. “Para nosotros tienen que ser liberados, entre otras cosas, porque las imágenes no avalan la denuncia de Ochoa”, agregó.
Ambos fueron indagados en la mañana de ayer por el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna. Estas dos personas fueron acusadas de amenazar con un cuchillo a Ochoa y sustraerle dos celulares, mil pesos en efectivo, varios documentos personales y casi toda la ropa que llevaba puesta mientras se disputaba el primer tiempo del partido que, el sábado 4 de septiembre pasado, jugaba Newell’s contra Independiente, en el que le propinaron patadas y golpes de puño.
Voceros judiciales indicaron que Maximiliano R. dijo que los hechos no ocurrieron como los relató el Panadero, sino que fue Diego Ochoa el que lo amenazó a él. Según su relato, el Panadero le mostró un arma de fuego y le dijo que si entraba a la cancha lo iban a matar. Esa amenaza la habría efectuado en el bar La Visera, ubicado en el interior del club, confiaron fuentes del caso.
Luego indicó que pese a la amenaza igual fue a la cancha y que volvió a tener un incidente cuando se subió al paravalanchas. “Me dijo que baje porque sino me iba a matar, que él mandaba, ahí forcejeamos y en el piso me pega y se cae arriba mío, la gente le pegaba y Matías me defendió, yo soy querido en la cancha”, relató en sede judicial.
Maximiliano agregó ante el juez de Instrucción que el Panadero le dijo que se fuera ya que él era quien manejaba el club y que lo mismo hacía con varios dirigentes. “Yo nunca le robé, ni tuve una faca ni nada de eso, ni tampoco le pegué”, sostuvo el joven, según fuentes de la investigación.
Por su parte, Matías P. dijo en su indagatoria que ese día miraba el partido cuando sintió ruidos y que luego vio, a un costado suyo, cómo el Panadero Ochoa le estaba pegando a Maximiliano R., que luego ambos se cayeron al piso y que instantes después otras personas comenzaron a golpear a Ochoa mientras le decían: “No queremos más traidores en el club”.
Luego de tomarles declaración el juez Vienna dispuso que ambos sean imputados de lesiones y robo contra el actual líder de la barra brava leprosa, Diego Panadero Ochoa, y permanezcan detenidos.