Un aplauso para los Bomberos. Así terminó la historia que empezó cerca de la una de la tarde cuando una gata trataba de bajarse de una torre ubicada en Buenos Aires y Cabildo, en la zona sur. Los vecinos llamaron a los Bomberos y los canales de TV transmitían en vivo las desventuras de la gata, una tricolor.
La gata trepó el martes a la estructura de unos 30 metros y ya no pudo bajar. Los vecinos la escuchaban llorar y la angustia se empezó a viralizar.
“No tiene dueño el gato y estamos esperando que lo rescaten”, afirmó uno de los testigos. “A las 6 de la mañana ya aullaba”, añadió otra vecina a Canal 3. Otros contaron que el felino estuvo unas 48 horas en las alturas.
Los vecinos también manifestaron su preocupación por la antena de telefonía que estaba oxidada y abandonada hace varios años. “Está sin mantenimiento: hoy es un gatito, mañana se nos puede caer encima”, alertó un hombre.
Pero la tarea no fue fácil. Los Bomberos Zapadores de Rosario no contaban con la escalera más larga (de 55 metros) y pidieron colaboración de sus pares de Arroyo Seco.
Luciano Montoya, el bombero a cargo de la tarea de rescate quedó unos cinco metros debajo de la punta, donde estaba la gata, e intentaba suplir esa diferencia con un lazo en el extremo de un palo. Cerca de las 16, dos horas después del inicio del despliegue, el animal bajó unos metros y quedó al alcance de la mano del bombero.
“Bastante complejo el trabajo”, describió Montoya, que actuó con las medidas de seguridad necesarias para semejante tarea. “El riesgo de que se caiga siempre está, igualmente teníamos sobre la terraza dos lonas preparadas”, dijo en caso de que el felino hubiera caído. Además agregó: “Hemos tenido varios rescates pero este va a ser uno de los más recordados”.
El episodio de la gata calicó –de pelaje tricolor y en la gran mayoría de los casos hembra– develó el pésimo estado de la antena. “Las condiciones son nulas. Los tensores están flojos, la base está oxidada, los cables de acero dañados”, dijo Montoya, que incluso con el peligro latente se encomendó a la vertiginosa tarea de rescate, con final feliz.