«Hasta siempre Potro, te queremos», «Potro querido, siempre nos seguirás sacando una sonrisa al pasar por tu esquina. Feliz viaje»; «Nos volveremos a ver. El Bodegón»; «Familia Barretto siempre a tu lado», fueron sólo algunos de los carteles que le escribieron los vecinos al histórico almacenero de la esquina de Entre Ríos y Cochabamba, que murió este viernes a los 85 años.
Su nombre de pila era Salvador Saggal, un hombre muy querido y reconocido en el barrio que tenía dos apodos: Jorgito y El Potro.
Jorgito padecía problemas renales y desde hacía un tiempo estaba haciendo un tratamiento de diálisis. Por ese motivo, ya no atendía su negocio y quedó a cargo Cintia, su hija.
Este personaje amable, cálido y solidario, se hizo conocido por el sentido del humor con el que promocionaba, a través de carteles, los productos que vendía en su almacén. Y también por dar una mano y ayudar a otros con campañas solidarias entre sus clientes y conocidos.
Fue tan popular y querido que, en julio de 2008, el Concejo Municipal de Rosario decidió entregarle una distinción por su tarea solidaria.
Cuando vecinos y conocidos se enteraron de la muerte de Jorgito, comenzaron a despedirlo con carteles escritos en su negocio y también por las redes sociales.
«Murió Jorgito, El Potro, dueño del almacén de Entre Ríos y Cochabamba. Un maestro», lo despedía Diego, desde Instagram.