El affaire del espionaje en PRO reflotó el sueño de la cohabitación pacífica entre Julio Cobos y Mauricio Macri en 2011. Policía propia, fondos para construir kilómetros de subte y transferencia de competencias judiciales son apenas una muestra de la idílica relación que un sector del macrismo imagina en el caso de que Cobos ocupe el Poder Ejecutivo y Macri resigne sus ambiciones presidenciales para apostar a la reelección en la Capital Federal.
Un dato inexorable tienta a un ministro macrista: “Por ser un tipo joven, Mauricio se podría preparar para ser presidente en 2015 y aprovechar ahora la popularidad de Cobos para ir por la reelección en la jefatura porteña”. El diagnóstico está respaldado por la ley.
Al ocupar el cargo de vicepresidente de la Nación, Cobos podría postularse a presidente por un solo período, 2011- 2015, sin posibilidad de reelección. Así, Macri tendría garantizada la plaza de candidato a presidente para suceder al radical mendocino.
Aunque tras el escándalo de las pinchaduras telefónicas Macri sostenga que en 2011 tendrá “una propuesta propia”, el alcalde capitalino ya no se autopostula explícitamente como candidato a presidente.
Varios integrantes de su fuerza, entre ellos un ministro, Gabriela Michetti y la diputada Cynthia Hotton se sienten identificados a nivel nacional con Cobos. Y cuestionan la esquelética construcción política de PRO en el interior del país que se refleja en el Congreso, donde el macrismo no tiene ni un solo senador y apenas una docena de diputados. ¿Existe alguna chance de gobernabilidad para el proyecto Macri Presidente sin fuerzas en el Parlamento?
En dos años de gestión, Macri comprobó lo difícil que es gestionar con la Casa Rosada en contra. No sólo por la presunta operación de inteligencia que involucró al espía Ciro James y al ex jefe de Policía porteño, designado por el PRO, Jorge Fino Palacios. Las miserias diarias de administración y gobierno, como paros docentes, de recolectores de basura, trabas al financiamiento y a la transferencia de competencias en materia de Justicia, impidieron a Macri consolidar su imagen de experto en gestión. Ese déficit sería fácil de revertir si la ciudad de Buenos Aires mantuviera una relación civilizada y constructiva con la Nación, algo que nunca ocurrió con el kirchnerismo.
En el esquema de cohabitación pacífica 2011 entre la Nación y la Capital Federal, también existe un papel clave para la provincia de Buenos Aires.
El tándem Cobos-Macri podría convertirse en un trípode perfecto si el otro socio PRO, Francisco De Narváez, accede a la gobernación bonaerense. El vínculo del diputado-empresario con Cobos es óptimo, mantienen contacto permanente y hasta coquetean con compartir fórmula.
Tanto que en las elecciones del 28 de junio pasado De Narváez se impuso en distritos cobistas como Junín, fenómeno electoral que disparó la tensión entre el vicepresidente y la UCR bonaerense.
Pero el modelo de asociación entre cobistas y macristas no genera beneficios sólo para el PRO. Cobos, en caso de acceder a la presidencia de la mano de Macri y De Narváez, tendría blindada su gobernabilidad al menos en el territorio que circunda la Casa Rosada, es decir, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, los principales distritos electorales del país. Este boceto de cohabitación, el más temido por el matrimonio Kirchner, tiene sin embargo costos para la oposición: implicaría una nueva fractura expuesta de la UCR y el fin del idilio entre Cobos y el gobernador socialista de Santa Fe, Hermes Binner.