Un hombre armado mató a ocho personas e hirió a varias más antes de suicidarse en una planta de la empresa de correos Federal Express (FedEx) cerca del aeropuerto de Indianápolis, en el este de Estados Unidos, hecho que fue condenado por el presidente Joe Biden que ordenó bajar a media asta las banderas en edificios públicos.
«Cuando llegaron los agentes, se encontraron en una situación de tiroteo activo», indicó la portavoz de la policía de la ciudad, Genae Cook, y agregó que el hecho tuvo lugar a alrededor de las 23 hora local. Dijo además que no estaba claro el motivo del tiroteo.
Cinco personas fueron hospitalizadas después del ataque, una de ellas con heridas graves, mientras otras dos fueron tratadas y dadas de alta, agregó la portavoz policial Genae Cook.
Un vocero de Fedex dijo que su planta fue escenario del tiroteo, que entre los fallecidos figuran trabajadores de esa empresa y que está colaborando con las autoridades.
«Demasiados estadounidenses mueren cada día por la violencia de las armas», lamentó Biden en un comunicado.
El presidente ordenó bajar las banderas a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios del gobierno estadounidense en señal de luto.
«El reporte de hoy (por este viernes) es solo el más reciente en una serie de tragedias», dijo Biden, que mencionó recientes tiroteos mortales en los estados de Georgia, Colorado y Carolina del Sur.
Sobre el hecho ocurrido en Indianápolis, un hombre que trabaja en la planta de FedEx contó a un canal de televisión local que vio al individuo armado cuando empezó a disparar.
«Vi al individuo con un subfusil o un rifle automático, y empezó a disparar. De inmediato me agaché, tenía miedo» dijo Jeremiah Miller, citado por la agencia de noticias AFP.
Según se reportó, el atacante, que se cree actuaba solo, se suicidó. Las autoridades informaron que no había más amenazas para la seguridad pública.
El tirador no fue identificado de inmediato y los investigadores se encuentran en proceso de realizar entrevistas y recopilar información.
Se trata del último de una serie de tiroteos masivos que esta semana tuvieron como escenario una escuela en el estado sureño de Tennesee y un edificio de oficinas en Los Ángeles, California.
Timothy Boillat, otro empleado de la planta en la que trabajan unas 4.000 personas, dijo al canal de TV WISH que fue testigo del tiroteo y que vio a unos 30 vehículos de policía llegar al lugar.
«Tras escuchar los disparos vi un cuerpo en el piso. Afortunadamente estaba lo suficientemente lejos y [el agresor] no me vio», agregó.
Biden anunció este mes seis medidas para contener lo que calificó como «epidemia» de violencia causada por las armas de fuego en el país.
El mandatario presentó un plan limitado para prevenir la propagación de las llamadas «armas fantasma», de fabricación artesanal, a veces con impresoras 3D, que son imposibles de rastrear en caso de ser utilizadas en un crimen.
También propuso aumentar las regulaciones para los soportes de brazo diseñados para estabilizar el arma, un dispositivo usado por el sospechoso de matar a una decena de personas el mes pasado en un supermercado de Colorado.
Biden indicó que sus propuestas son solo un punto de inicio y llamó al Congreso a legislar para lograr medidas como el control de antecedentes y terminar con la venta de fusiles de asalto que muchas veces son el arma utilizada en los tiroteos masivos.
El Archivo de Violencia con Armas de Fuego calcula que en lo que va de año han muerto 12.395 personas en Estados Unidos por violencia relacionada con armas de fuego. De estas, 147 muertes ocurrieron en tiroteos masivos.
El año pasado se registró un total de 43.549 muertes y 610 de ellos en tiroteos masivos.