Agónico. Para festejar aún más. Merecido, aunque la ineficacia ofensiva siempre es un problema. La Lepra consiguió una gran victoria en Chile y derrotó a Palestino 1-0 con un gol de Alexis Rodríguez a los 47 minutos del complemento. No hace olvidar la derrota ante Central, pero ayuda a recomponerse y mantenerse con vida en la Copa, lo que no es poco.
La Lepra llegó a Chile con poco descanso y golpeado en el alma. El golpazo del Clásico fue imposible de asimilar en apenas dos días. Y si bien el partido ante Palestino tenía chapa de “obligado a ganar” para seguir en carrera, levantarse luego del 0-3 ante Central no era tan sencillo.
Newell’s arrancó con otra energía. La presencia de muchos futbolistas que no fueron titulares en el Clásico permitió que el equipo saliera con otra decisión, a apretar la salida de Palestino, buscando un gol tempranero que trajera algo de tranquilidad.
En ese sentido, Giani y Cingolani intentaron el primer apuro de los defensores rivales, a veces con Scocco como ayuda, y Fernández junto a Llano y Orihuela pudieron recuperar más balones.
De todas maneras, las situaciones de gol para el equipo de Burgos sólo aparecen con la pelota parada. La lejanía del arco rival y el desgaste de los jugadores a la hora de marcar o recuperar provoca imprecisiones en los metros finales, y es difícil encontrar triangulaciones o jugadas de muchos pases.
Así y todo, con esas limitaciones, la Lepra tuvo dos chances claras de convertir. Primero con un tiro libre en forma de centro de Scocco que peinó Cabral y obligó a un manotazo salvador de Toselli. Y luego en un córner de Nacho al poblado primer palo que encontró la cabeza de Lema, pero sin destino de red.
Palestino ofreció poco. Tuvo la pelota pero fue inofensivo. Y nunca dio sensación de estar bien parado en defensa. Pero a Newell’s le faltó alguien que construya juego, un Pablo Pérez (no jugó por estar expulsado). Sforza –muy impreciso y lento- nunca pudo asumir ese rol. Y Juro Fernández menos.
Burgos entendió que debía renovar energías en el segundo tiempo. Y metió tres cambios desde el vestuario. Adentro Maxi -como es habitual por Nacho- Alexis y Calcaterra. Cambio de nombres y no de esquema ni de intención, algo habitual en Burgos. Aunque al menos fue un intento de hacer algo distinto y no bajar la intensidad.
Los cambios le dieron calidad (Maxi) y vértigo (Alexis) a la Lepra. Y durante diez minutos acorraló a Palestino contra su arco. Pero faltó eficacia, porque las dos veces que Alexis tuvo la pelota dentro del área con peligro definió apurado y desviado.
Newell’s amagaba con hacer algo más por los tres puntos, aunque la incógnita pasaba por saber cómo iba a llegar al gol, a esta altura el gran problema del equipo de Burgos.
Para peor, este equipo transita por una zona donde nada le sale, ni siquiera los fallos arbitrales, porque el juez Carrillo obvió una falta clara a Giani en la puerta del área cuando se podía ir al gol, lo que hubiera sido expulsión de Soto, quien ya estaba amonestado.
Y la apuesta de Burgos en poner al desgastado Cacciabue, le quitó un cambio ya que a los pocos minutos el volante se lesionó y ahí sí, el Mono apostó por Sordo, un cambio con intenciones claramente ofensivas.
Newell’s merecía un poco más. Sin sobrarle nada había hecho méritos para quedarse con la victoria. Pero los minutos pasaban y la ilusión se iba esfumando. Aguerre tuvo una atajada formidable ante un cabezazo en contra de Calcaterra.
Y tal vez esa fue la chispa que impulsó un último intento por ganar. Agarró la lanza Lema, que robó y pasó al ataque, derivó para Sordo y se fue al área. El centro fue rasante y la pelota le quedó a Alexis, pero esta vez ajustó la mira. Y la tercera fue la vencida. Cañonazo para reventar el arco y conseguir una victoria agónica, sufrida, que lo deja con vida en la Sudamericana. No es una revancha del Clásico, eso se sabe. Pero sirve y mucho.
La previa del partido
La bronca de los hinchas es difícil de frenar. El golpe es duro, de esos que sacan técnicos. Perder un Clásico no está en los planes de nadie, pero la forma en la que cayó Newell’s ante Central hace que todo se magnifique. No fue una derrota más. Duele, obliga a reflexionar sobre los pasos a seguir, perfora el ánimo del plantel y, lo que es más grave, genera desconfianza y descreimiento en la idea del entrenador.
Germán Burgos es gran responsable del 0-3 ante Central. Su planteo equivocado e inentendible se tradujo en el resultado. No fue fácil de comprender desde afuera, pero está a la vista que tampoco lo entendieron los futbolistas.
Obviamente los jugadores no pueden desentenderse de esta derrota humillante. Porque al desorden táctico propuesto por Burgos, se le sumó la apatía de un equipo que salvo algunas excepciones, no entendió el valor que tenía el partido.
Pero la vida futbolística de Newell’s sigue. Y sin un mínimo descanso físico ni mental. No hay tiempo para recuperar cuerpos ni transitar duelos. La Copa Sudamericana puso la visita a Palestino en el camino inmediato y la Lepra sabe que es la última chance para seguir con vida en el torneo continental.
La Lepra juega desde las 23 en Chile frente a Palestino, con la obligación de ganar si quiere mantener la ilusión de conseguir el único pasaje que otorga el grupo. Con Libertad con 6 puntos, dejar algo en el camino será letal para el equipo de Burgos, que también falló en la planificación, ya que “guardó” jugadores la semana pasada para recibir a Libertad y lo pagó con derrota.
Saber quién va a jugar es un acertijo. Los que estuvieron ante Central tienen un desgaste físico importante y seguramente no estarán en la mejor forma anímica. A veces se dice que es mejor tener una “revancha” rápido para salir. Tal vez esa sea la idea del Mono, aunque está más que claro que el Clásico sólo tiene revancha cuando Newell’s se vuelva a ver la cara con Central.
Seguramente habrá cambios. Lo impone la situación. Aunque tampoco tiene tanto sobrante en el banco. Lo que sí debería ser una prioridad, mucho más frente a un partido donde ganar es imperioso, es poner en cancha un equipo más ofensivo, sin improvisar tanto la posición de algunos jugadores. Nadalín no es stopper, Sforza no es extremo ni volante ofensivo, Calcaterra no puede cambiar de posición en cada partido y Maxi no es nueve, al menos no si el equipo se para tan atrás.
Es posible que juegue Scocco, tal vez con Cingolani y Sordo o Justo Giani. En el medio no podrá estar Pablo Pérez (expulsado con Libertad) por lo cual Julián Fernández aparece con chances, porque además Calcaterra debería jugar de stopper, ya que Capasso también está suspendido.
¿Qué juvenil puede aparecer como sorpresa? Más allá de Sordo y Cingolani no parece haber otro candidato a titularidad, más allá de que Burgos amagó un par de veces con incluir a Brian Aguirre por izquierda (lo hizo debutar por la Liga). Cacciabue se nota desgastado físicamente, lo que podría darle un lugar a Manuel Llano. Y Bíttolo está recuperado aunque sin fútbol formal. Y Negri es de los más cumplidores. Tal vez la virtud de Bíttolo de sacar largo y bien los laterales le otorgue un lugar, incluso con Negri parado más arriba.
Y no hay que descartar a Cristaldo, que probó hasta último momento de cara al Clásico y no llegó. ¿Dos días más alcanzan para terminar de recuperarse? Difícil.
Sin importar los nombres que ponga en cancha, Burgos debe entender que el partido tiene una relevancia decisiva en las chances de seguir con vida en la Sudamericana. No alcanza con no perder, y tampoco servirá para erradicar las broncas por perder el Clásico. Pero al menos será esquivar otro cachetazo, lo que no es poco después de la paliza que recibió en el Clásico.