Desde que a principios de abril anunciaron el cierre definitivo de Falabella, en Córdoba y Sarmiento, las largas filas (y hasta dobles) para ingresar a la tienda ya son una postal de la zona céntrica que llegan, a veces, hasta la esquina de calle Mitre. A pesar de la nuevas restricciones por la segunda ola de la pandemia de coronavirus y la lluvia, este jueves se formaron hileras que aglomeraban a personas donde no se respetaba el distanciamiento social. Ante ese escenario, la Municipalidad intimó al comercio para que garantice los protocolos sanitarios.
La secretaria de Control y Convivencia del municipio, Carolina Labayru, explicó que la firma fue intimada para que la fila exterior no supere los límites del inmueble sobre Córdoba y llegue hasta la galería lindera.
«Vinimos a hablar con la gerencia del comercio para consensuar alguna medida y tratar de evitar una clausura anticipada; ellos son responsables de que se generen estas filas en las afueras de la tienda y deben hacerse cargo», sostuvo la funcionaria municipal en declaraciones a LT8.
Labayrú advirtió que «la firma tiene que garantizar que no se aglomeren clientes y que se cumpla el distanciamiento social tanto afuera como adentro del local de Sarmiento y Córdoba». Y agregó: «Ese distanciamiento no deberá ser a costa de mayor cantidad de gente adentro del local porque hay un aforo que tienen que cumplir».
Desde el municipio explicaron que Falabella paga un servicio adicional para que agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) controlen las medidas sanitarias afuera del local, pero insistió en que la empresa debe hacerse cargo de que se cumplan las medidas preventivas. «No nos podemos abocar a la seguridad de un solo comercio», advirtió.
«La tienda está habilitada para abrir»
En tanto, el secretario de Desarrollo y Empleo del municipio, Sebastián Chale, aclaró que con las nuevas restricciones vigentes, Falabella está autorizada para abrir porque no está considerada un centro comercial, como ocurre con los shoppings.
«No encuadra en ninguna de esas categorías, no es un centro comercial. Esta semana se pusieron adicionales obligatorios de la GUM y de personal de Control, a cargo de la empresa. Pero debido a la gran cantidad de personas haciendo fila, habrá que tomar alguna medida porque lo que menos queremos es ir contra las medidas que se tomaron», especificó Chale en coincidencia con Labayru.
El secretario de Desarrollo y Empleo municipal adelantó que «va a haber una intimación, no digo al cierre, y tampoco me quiero anticipar porque no es una atribución que me corresponda». Y agregó: «No queremos afectar al resto de los comercios del centro, pero comparto que hay que desalentar este tipo de situaciones y avanzar un poco más. El riesgo sanitario está y es el tema principal a resolver a corto plazo».
Historia con fin
Si bien el cierre estaba previsto para el 31 de mayo, finalmente seguirá abierto hasta el 12 de junio y quedarán a la deriva 110 trabajadores, a los que se suman otros 40 tercerizados.
Falabella desembarcó en el país en 1993, con la apertura de una primera tienda en Mendoza y desde el interior se fue expandiendo hasta llegar a Buenos Aires. En más de 25 años, la empresa superó obstáculos, incluyendo la crisis de 2001.
Según el último informe de resultados financieros de la compañía, el negocio de la empresa en la Argentina durante los primeros nueve meses de 2020 tuvo una baja del 25,9% a nivel de ingresos, principalmente por las restricciones sanitarias durante la pandemia.
Además del efecto de la pandemia, que derrumbó las ventas de los locales de grandes superficies, el modelo de negocios de la firma chilena sufre particularmente los controles de cambio dado que buena parte de su oferta es importada.
Falabella hoy tiene operaciones en forma directa en Chile, Perú, Colombia, Brasil, Uruguay, México y Argentina. Sus negocios están basados, principalmente, en el llamado retail tradicional: tiendas departamentales (con la marca Falabella), homecenters (Sodimac) y supermercados (con la cadena Tottus que opera únicamente en Chile y Perú).
La filial argentina representaba hasta el año pasado menos de 5% de la facturación global de la compañía.