El escape de la cárcel y el anhelo de libertad es un tópico explorado en el cine. En Sueños de Libertad, el personaje interpretado por Tim Robbins diseña un meticuloso plan que consiste en excavar un túnel, con infinita paciencia y a lo largo de años, para escapar del corrupto penal de Shawshank. Fuga de Alcatraz sigue al ladrón de bancos que actúa Clint Eastwood y a otros dos reclusos cuando pican durante meses, con una cucharita, un muro de la mítica cárcel federal de Alcatraz, dejan maniquíes para burlar la vigilancia y se lanzan en balsas a la peligrosa Bahía de San Francisco.
Si esas películas se califican como de acción y suspenso, la fuga de la Unidad Penal Nº 11 de Piñero de esta semana bien puede ingresar al género del absurdo o la sátira. En la tarde del lunes, dos reclusos de alto perfil escaparon ocultos en los carritos que las visitas usan para llevar los bagayos. Carlos D’Angelo (recapturado) y Hugo Peralta (prófugo) salieron de Piñero acovachados y cubiertos por cajas de cartón de bananas sobre la carretilla, en un trayecto a lo largo del cual hay seis puestos de vigilancia. No fue hasta el recuento de presos en el pabellón 13 que notaron la falta.
En la volteada cayeron nueve agentes penitenciarios y el propio director del penal, Hernán Marcelo Ocampo, quienes fueron acusados este jueves de favorecimiento doloso de evasión, encubrimiento e incumplimiento de deberes. También fueron imputadas las parejas de los escapistas, Joana C. y Yanina L. La audiencia se extendió hasta la noche. Los fiscales habían solicitado la prisión preventiva por el plazo de ley para todos los acusados excepto Ocampo, quien según la acusación no fue un engranaje de la maniobra de fuga. Sí le adjudican no avisar en tiempo y forma sobre el escape, con lo que –argumentan– «frustró la celeridad de la investigación» y permitió que dos de los penitenciarios ahora acusados se fueran a su casa.
¿Negligencia o connivencia? Para el fiscal Franco Carbone y su par Georgina Pairola, no hay dudas de que hubo intención de que los dos reclusos lograran su cometido durante una “maniobra obscena, burda y grotesca”. Para sostener esto, reconstruyó el trayecto de escape desde el pabellón hasta la salida, camino que cuenta con seis puestos de control fijo, todos burlados.
Los fiscales mostraron grabaciones de cada puesto de control (celaduría, dos cuartos de vigilancia, conserjería, un portón y la jefatura de requisa, más la puerta de salida) y un mapa de la cárcel donde los 9 penitenciarios acusados –según la acusación– incumplieron las funciones inherentes a su labor de vigilancia y chequeo.
Según los fiscales, Joana C. y Yanina L. (quien según la acusación usó el DNI de otra persona para entrar al penal) ingresaron a la cárcel de Piñero después de las 8 de la mañana y se retiraron 40 minutos antes de las 17, que es el límite del horario de visita.
Para los acusadores, los penitenciarios incurrieron en una irregularidad cuando les permitieron entrar al pabellón con los carritos para llevar elementos a los detenidos. Eso está prohibido desde 2014, cuando se dispuso que deben dejarse en una especie de anteguardia. Más escandaloso aún les resultó que a ningún penitenciario se le haya ocurrido requisar los bultos depositados en las carretas de traslado, notoriamente cargadas en el trayecto de salida. El pabellón 13 de Piñero alberga a 60 internos y es considerado como de alto perfil.
En su tarea de desincriminar a las parejas de los reclusos y a los penitenciarios, las defensas sostuvieron que resulta imposible que los evadidos cupieran en el “carrito” y parte de la controversia con Fiscalía incluyó la descripción física de los fugados, las dimensiones de las cajas de banana, las extensas guardias de los vigilantes y el sueldo magro que reciben.
El recapturado D’Angelo, que purga una condena por el homicidio en ocasión de robo del comerciante baigorriense Edgardo Giménez en 2014, y que en 2019 protagonizó la famosa fuga del minibús en la autopista a Santa Fe, siguió la audiencia por videoconferencia, pero no fue acusado. Dijo que en la noche del miércoles durante su estadía en el Order de 27 de Febrero al 7800 sufrió apremios y amenazas del personal penitenciario y del grupo táctico Goro. Pidió que le constaten las lesiones. “Me dijeron que diga dónde está Peralta. Que me iban a matar, porque por mi culpa hay muchos compañeros (del servicio penitenciario) que perdieron el trabajo”, siguió su relato en referencia además al otro fugado, Hugo Peralta, condenado por robo calificado y compañero del escape de 2019. Peralta, además, protagonizó otra fuga en octubre de 2017 de la cárcel 16, ubicada en el límite entre Rosario y Pérez.
Atraparon a uno de los reclusos que escaparon en carritos de la cárcel de Piñero
Las acusaciones y las preventivas
La jueza María Trinidad Chiabrera presidió la maratónica audiencia que comenzó a las 14 se extendió hasta pasadas las 21 y luego de calificar de «inexplicable» por absurda la manera en que los dos reclusos se fugaron dictó las prisiones preventivas.
Para los nueve agentes, identificados como: Nicolás López, Roberto Rodríguez, Walter Gómez, Ezequiel Franco, Federico Slaminsky, Micaela Rolón, Juan José Luques, Hernán Cerda y Osvaldo Molina resolvió la prisión preventiva efectiva por 45 días por los delitos de favorecimiento doloso de evasión, encubrimiento agravado por ser funcionarios públicos todos en concurso ideal y en carácter de coautores. La jueza le otorgó la misma duración de la medida cautelar para Yanina L. y a Joana C.
Yanina quedó imputada por encubrimiento y tenencia de arma de fuego de uso civil, ya que los detectives de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) recapturaron a D´Angelo este miércoles en su casa de Julio Roca al 600 de Villa Gobernador Gálvez.
Y a Joana C. le atribuyeron el delito de favorecimiento de evasión en carácter de autora, porque fue una de las personas que trasladó a D´Angelo hasta el estacionamiento en el carrito de los bagayos, el mismo que en el allanamiento de este lunes los investigadores de la AIC hallaron en su vivienda de Alice al 5000, del barrio Municipal.
Chiabrera resolvió que el director del penal, Hernán Ocampo seguirá en libertad bajo caución de 10 mil pesos y los fiscales sostuvieron la acusación de encubrimiento de la evasión e incumplimiento de sus deberes de funcionario público.