La obra procede originalmente de los coleccionistas Robert B. Mayer y su mujer –señaló Christie’s–, quienes la adquirieron directamente de manos del artista, en Buenos Aires el 2 de junio de 1967. Luego, en el año 1976, la vendieron a la casa neoyorquina Parke-Bernet, adquirida más tarde por Sothebys.
«Agradecemos a José Antonio Berni la confirmación de la autenticidad de esta obra», señaló la fuente de la subastadora neoyorquina sobre La apoteosis de Ramona, exhibido por estos días en el Rockefeller Center de Nueva York.
Si bien esta obra nunca antes había sido exhibida, el rosarino del Realismo Social creó una pieza similar en 1971, con el mismo nombre, que hoy forma parte de una colección belga, que se vio primero en el Museo de Bellas Artes de Houston, en 2013, y luego en el Malba de Buenos Aires, en 2014, como parte de un acuerdo de colaboración de ambas instituciones.
Hijo de inmigrantes italianos, Berni fue pintor, muralista, grabador y tapicero, y se volvió famoso por sus inmensos óleos sobre inmigrantes y desamparados, lo que evidenció su profundo compromiso con los problemas sociales y políticos, una toma de posición que caracterizó toda su obra.
Juanito y Ramona, las dos criaturas más célebres nacidas de la imaginería del rosarino, son arquetipos ineludibles de su universo narrativo: el chico del Bajo Flores que siempre bordea la marginalidad, y la muchacha que llega del interior dispuesta a insertarse en una sociedad hostil y se prostituye.