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«El objetivo es producir 500 mil dosis de la Sputnik por semana», indicó el presidente de Richmond

Marcelo Figueiras, ejecutivo de Laboratorios Richmond, explicó que "si todo sale bien, la producción de la vacuna comienza la semana que viene; en este momento están fermentando en Moscú el principio activo del componente 1 de la Sputnik y en cuanto terminen lo mandan para acá"

El presidente de Laboratorios Richmond, Marcelo Figueiras, indicó este jueves en diálogo con Télam que la actual planta tiene capacidad para realizar la formulación y envasado de hasta 500 mil dosis de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V por semana, aunque aclaró que la producción estará sujeta a la cantidad del principio activo que se envíe desde Rusia.

«Si todo sale bien la producción comienza la semana que viene; en este momento están fermentando en Moscú el principio activo del componente 1 de la vacuna y en cuanto terminen lo mandan para acá», expresó Figueiras.

Este miércoles, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés) notificó a Richmond que el Centro Gamaleya (desarrollador de la Sputnik V) aprobó las muestras enviadas por el laboratorio en abril pasado de los primeros lotes que había fabricado, un paso que era fundamental para que comience su producción a escala.

El presidente de Richmond señaló a Télam que «si Rusia envía la materia prima y logramos empezar la semana que viene, para antes de fin de mes podríamos tener las primeras 500 mil dosis en la calle, siempre y cuando no haya demoras en el transporte o los controles de calidad que son factores que no dependen de nosotros».

Esa cifra de 500 mil dosis es la cantidad que la actual planta del laboratorio ubicada en el partido bonaerense de Pilar tiene capacidad de producir cada semana, aunque como el proceso actual que realizan consiste en la formulación, filtrado y rellenado de viales (envasado), la cantidad que se elabore finalmente dependerá de la materia prima que se se envíe desde Rusia.

«Una vez finalizada la producción se realizará el control de calidad tanto en el laboratorio como en el Instituto Nacional de Medicamentos (Iname) de Argentina y en el Gamaleya pero las dosis fabricadas quedan acá, por lo que Argentina se ahorraría tener que ir a Rusia a buscarlas», detalló.

El memorándum de entendimiento entre Richmond y el RDIF para comenzar a producir la Sputnik V en Argentina fue firmado en febrero pasado y el 20 de abril se anunció el acuerdo definitivo.

«Nosotros llegamos a través de nuestros socios en la India Hetero Labs Limited al Fondo de Inversión Rusa y el acuerdo es con ellos. El Estado argentino nos dio y nos da un apoyo muy importante a través de la autoridad sanitaria (Anmat) tanto científica como técnicamente que permitirá que este proceso llegue a buen puerto», afirmó Figueiras.

En una primera instancia (la actual), la planta realizará la formulación, filtrado y rellenado de viales (envasado), un complejo proceso técnico y científico con exigentes requerimientos de buenas prácticas de manufactura.

«Este proceso no es un «embotellado» simple, requiere un conocimiento técnico y científico de mucha complejidad y de mucha importancia e implica el trabajo de muchos profesionales tanto para la producción como para el control; es decir, no es un proceso mecánico o tecnológico simplemente, es un trabajo científico», indicó el empresario.

La siguiente etapa consistirá en la producción completa de la vacuna en la nueva planta que el laboratorio se encuentra construyendo también en Pilar.

«La nueva planta está pensada para producir hasta 500 millones de dosis por año y ahí se podría hacer desde el principio activo hasta el envasado, es decir, la producción completa», aseguró Figueiras, y detalló que «tendrá la capacidad de realizar productos biotecnológicos y de producir vacunas de diferentes tipos de plataforma como, por ejemplo, la de Pfizer y la Sputnik, que usan diferente tecnología».

Desarrollada por el Centro de Investigación Gamaleya, la Sputnik V es una vacuna que utiliza una plataforma (o tecnología) llamada de «vectores no replicativos»: virus que se modifican genéticamente para que no tengan capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.

En este caso, la Sputnik V usa adenovirus humano como vector y, a diferencia de otras candidatas, utiliza dos adenovirus (uno diferente en cada dosis) para provocar una mayor y más duradera respuesta en el sistema inmunológico.

Diversos estudios han demostrado que la primera dosis de la Sputnik V (que se registró bajo el nombre Sputnik Light) tiene una eficacia del 79,4% en la prevención de la Covid-19.

Finalmente, Argentina será el primer país de la región en fabricar la vacuna rusa.

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