Tal y como estaba anunciado, Bruce Springsteen regresó con su espectáculo a los escenarios de Broadway, en un espacio cerrado y con publico. El requisito para ingresar al concierto era estar vacunado o vacunada, teniendo en cuenta la alta tasa de inmunización de Nueva York y la fuerte reducción de casos de coronavirus en Estados Unidos en ese mismo contexto.
Poco después del anuncio de los shows, un ciclo que prevé treinta conciertos hasta el 4 de septiembre en el St. James Theatre, la leyenda del rock de 71 años, expresó: “Adoré hacer Springsteen en Broadway y estoy feliz de que me hayan pedido regresar con el espectáculo como parte de la reapertura de Broadway”.
Entre los asistentes se contaron al secretario de Transporte estadounidense, Pete Buttigieg y su esposo Chasten. También disfrutó del evento el guitarrista Steve Van Zandt y otros asistentes VIP que pagaron 500 dólares o más para conseguir un asiento en la sala.
Como ya había ocurrido en el Madison Square Garden con un concierto de Foo Fighters que requería prueba de inmunización, los asistentes fueron recibidos por un grupo de antivacunas en señal de protesta. Según las crónicas estadounidenses las vacunas que se requerían eran las aprobadas por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) que son: Pfizer, Moderna o Johnson & Johnson.
El show de Springsteen fue estrenado en Broadway en octubre de 2017, y está basado en la autobiografía del cantante, Born to Run, en la que cuenta su infancia en Nueva Jersey, su carrera hacia la fama y su lucha contra la depresión. A diferencia de sus grandes conciertos con la E Street Band, este es un show intimista en el cual el cantante está solo con su guitarra, su piano y sus historias.