En el medio de denuncias por malos tratos contra los caballos desde sociedades protectoras de animales de la ciudad, de presentaciones en la Justicia acusándolos de “amenazas públicas”, y defendiendo su actividad como “la única manera de poder trabajar” frente a la falta de empleo que padecen muchos rosarinos, los carreros se reunieron ayer en Avellaneda y Garibaldi para reivindicar sus fuentes de trabajo. Allí se quejaron de que se “generalicen” las acusaciones contra ellos y solicitaron “controles más estrictos, con veterinarios” para que se individualice a quienes someten a los equinos a distintas clases de agresiones o a jornadas extenuantes tirando de los carros. Daniel Nievas, referente del sector e integrante de la Agrupación Visión Social, contó sin mayores vueltas que “para mucha gente hay dos opciones para poder vivir: o el cirujeo arriba de los carros o la delincuencia”. En el encuentro se remarcó que el municipio les aseguró que podían “seguir trabajando tranquilos mientras cumplieran con las normativas”, tras un cónclave que mantuvieron la mañana ayer con algunos funcionarios del Palacio de los Leones.
“Nos hemos juntado un grupo grande de carreros de diferentes sectores para organizar el tema éste de quién es la persona que maltrata al animal y cuál es aquélla que trabaja. Estamos cansados que siempre nos metan en la bolsa de los que maltratan a los caballos. Lo que nosotros planteamos es que nos dejen laburar y que se haga un control más estricto, con veterinarios, para saber quién es el que los maltrata y que éste pague lo que tenga que pagar, porque el animal se usa para trabajar y no para maltratarlo”, agregó.
Sobre su actividad, el carrero destacó que trabajar arriba de un carro, si bien “no es lo ideal ni deseado por nadie, es la única salida laboral que existe para muchas personas de los distintos barrios de la ciudad”. “Nosotros lo tomamos así. Lamentablemente a nosotros no nos gusta pero lo hacemos por la gran necesidad de trabajo. Tenemos casos de gente que ha salido de estar en prisión, que no quiere volver a robar ni a hacerle daño a la gente y dice: «Agarro un carrito, trabajo, me gano lo mismo que robando, y a lo mejor más», y al final se termina enderezando esa persona. Después está la persona de cincuenta años que no le dan trabajo en ningún lado y la única fuente de laburo que tiene a mano es un carrito. Una persona de cincuenta años no te puede salir a maltratar un animal porque es conciente de lo que hace”, añadió.
Nievas comentó que también están aquellos que no tienen una salida laboral y son sostenes de familia. “Hablamos de personas que van desde los dieciséis años para arriba y dicen: «Bueno, tengo un hijo, me tengo que poner las pilas» y sale a buscar laburo y le dicen: «Loco, vos tenés dieciséis años, si yo te pongo en una obra y a vos te pasa algo a mí me hunden»; entonces qué hace el pibe: o sale a robar o sale a cirujear. Y opta por salir a cirujear”, remarcó.
Al ser consultado sobre las diversas denuncias que hay sobre cinchadas de caballo donde se somete a los animales a malos tratos y donde se apuesta “fuertes sumas de dinero” a los animales ganadores, el integrante de Visión Social ratificó su existencia: “Hay cinchadas de caballos y nosotros lo hemos denunciado un millón de veces. Lo que pasa es que las veces los sueltan porque hay mucha cantidad de dinero de por medio por la gente que apuesta. Estamos cansados de hacer denuncias para que vayan y después los suelten. Hace más de ocho años que vengo laburando con eso y nunca vi un caballo de estos en el corralón, sólo caballos de la gente que trabaja”.
Más adelante, Nievas comentó que en la zona oeste de la ciudad “hay aproximadamente unos 700 carros”. “Hay aún un mayor número en Empalme Graneros y también en barrio Las Flores. Nosotros estuvimos ayer (anteayer) con el gobernador y con el intendente y ellos nos dijeron que lamentablemente no tienen trabajo para toda esa cantidad de gente. Nos dijeron que van a buscar otra salida laboral pero para este año no va a haber respuestas para nosotros”, indicó.
“Yo tengo un centro cultural y un comedor comunitario que lo ofrezco cada vez que me reúno con las autoridades para poder poner, por ejemplo, una sala veterinaria. Por ejemplo, en un barrio donde nos solemos juntar, que es La Lagunita, había una veterinaria municipal que al final terminaron cerrando o sea que toda la culpa no la tenemos nosotros. Nosotros queremos el control del animal pero no nos dan una mano. A nosotros una libreta de sanidad nos la estaban cobrando 40 pesos y hoy por hoy nos cobran 240 pesos. La verdad es que hacemos lo que humanamente podemos. La nuestra es una actividad ingrata pero lamentablemente es la única que tenemos y es nuestro sustento para poder sobrevivir”, destacó el hombre.
Cabe recordar que la representante de Protectora Rosario, Verónica López Nordio, se presentó el último martes en Tribunales para denunciar “amenazas” por parte de algunos carreros frente a los reclamos realizados por esta organización pidiendo la erradicación de la tracción a sangre en la ciudad. “Hemos decidido realizar esto después de ver una entrevista en Canal 3, donde uno de los representantes de los recolectores informales dijo: «Sabemos donde vive la protectora y la vamos a ir a visitar para que se haga cargo de nuestros hijos». Eso lo tomamos como una amenaza por lo que esta mañana (ayer) radicamos una denuncia en la Fiscalía General”, señaló a este diario.
“Nosotros estamos reclamando, entre varias asociaciones, la erradicación de la tracción a sangre en la ciudad, que está muy ligada con condiciones sanitarias pésimas. El pedido data de hace más de 10 años en el Concejo. Soy asesora en la comisión de Ecología del Concejo Municipal donde venimos trabajando por una ordenanza de inclusión social. Tratamos de que los carreros se conviertan en grandes recicladores y lo hagan de manera formal”, concluyó la mujer.