La muerte del jefe militar de la guerrilla colombiana de las FARC, Jorge Briceño, alias Mono Jojoy, es «el golpe más contundente» sufrido por esa organización en toda su historia, declaró este jueves el presidente Juan Manuel Santos.
Las FARC se desmoronan enfatizó Santos a la prensa en la sede de Naciones Unidas, donde participa en la asamblea general del organismo. Briceño murió en una operación militar, aclaró Santos, quien había autorizado personalmente el ataque, según explicó a los periodistas presentes en Washington.
«El símbolo del terror en Colombia ha caído», agregó el mandatario sobre la muerte de Briceño en el municipio de La Macarena, departamento de Meta (centro), junto a una veintena de combatientes.
En la operación participaron 30 aviones de combate y 16 helicópteros, además de más de 250 hombres de todas las fuerzas armadas (Ejército, Policía, Fuerza Aérea y Armada).
Desde principios de año se desarrollaba la búsqueda de Briceño, reconocido como jefe militar de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista), pero hasta ahora no habían tenido éxito.
«Al resto de las FARC, decirles que vamos por ellos, que aquí no vamos a bajar la guardia», advirtió el presidente. Además, Santos dijo que la operación se estaba preparando desde hace tiempo en la base militar de Larandia, en el departamento de Caquetá
En tanto, el mandatario señaló que dentro de las bajas de las FARC, alrededor de 20, se encontraría «otra gente importante», pero no entró en detalles.
La muerte de Briceño es uno de los golpes más duros contra FARC desde marzo de 2008, cuando en un bombardeo del Ejército colombiano a un campamento en territorio ecuatoriano fronterizo fue muerto su segundo al mando, Raúl Reyes.
Con este operativo se las FARC se debilitan y el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, le pidió a Alfonso Cano, máximo jefe de las FARC, que se entregue, tras la muerte de segundo al mando.
«Un mensaje a alias Alfonso Cano, entréguese, le garantizamos su vida, un trato digno, un trato justo», dijo Rivera al informar de la muerte de su subalterno.
El mensaje lo hizo también extensivo a los miembros de esa organización y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), al advertir que si se entrega «les respetaremos la vida, la dignidad, el trato humano como corresponde».