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Recuperando miradas integrales en los procesos de salud-enfermedad-cuidado con plantas medicinales

La autora recorre el proyecto que comenzaron a gestar al comienzo de la pandemia, en marzo del año pasado, ante la necesidad de visibilizar, ofrecer y poner a disposición de la población recursos y herramientas para el fortalecimiento del sistema inmunológico. Samco y huerta

Lorena Marti García (*)

Se trata de un proyecto que comenzamos a gestar al comienzo de la pandemia, en marzo del año pasado. Me encontré en el contexto de emergencia sanitaria senti-pensando en la necesidad de visibilizar, ofrecer y poner a disposición de la población, recursos y herramientas que nos acompañen en el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico. ¿Cómo hacerlo desde el lugar de trabajadora social en salud y aprovechar la cercanía con la comunidad? La posibilidad de tejer redes… Aparecieron algunas preguntas y reflexiones en soledad que fueron compartidas luego con el equipo, y así surgió la idea convocante; el cómo se genera en el diálogo, en el trabajo interdisciplinario y es esta impronta la misma que tiñe el proyecto desde el comienzo. Entender el acceso a la salud como un derecho, que debe ser ampliado y garantizado. ¿Estábamos de acuerdo en esto, de qué salud hablamos? ¿De cuáles procesos de salud-enfermedad-cuidado, los singulares? ¿Individuales, grupales o comunitarios? ¿Los conocemos? Esas eran algunas preguntas que me/nos interpelaban.

Entendimos que al comenzar a hablar de plantas medicinales surgirían también otras herramientas, y así iríamos construyendo el intercambio con la comunidad, con diversidad de miradas posibles en juego.

El espacio comenzó a funcionar a fines de enero de este año, con la participación de la población en general y también con algun@s usuari@s de los servicios de salud mental del efector.

Cuando invitamos a encontrarnos en ronda en el patio del Samco para intercambiar, limonada y té de hierbas de por medio, los conocimientos, experiencias, usos y propiedades de plantas medicinales, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar, aunque, nos sorprendimos gratamente. La convocatoria superó la cantidad de inscript@s y tuvimos que hacer bis, de cada encuentro, en reiteradas oportunidades.

Esta modalidad la pudimos sostener hasta finales de marzo, cuando a raíz de las restricciones que se fueron implementando por la situación sanitaria, tuvimos que cambiar a la modalidad online. Hoy estamos probando diversas maneras de sostener el intercambio hasta que podamos volver a encontrarnos, en ronda, en el patio del Samco.

La propuesta consiste en posibilitar en la comunidad (que nos incluye como trabajadores de salud de la localidad) un espacio de producción y recuperación de saberes y prácticas en relación a los procesos de salud-enfermedad- cuidado. Entendiendo, finalmente, el acceso a la salud como un derecho que debe ser ampliado.

El dispositivo convocante, fue la construcción de una huerta de plantas medicinales, como modo de invitar a este desafío conjunto.

Apostamos a dar lugar a las diversas culturas de la población, sus saberes y concepciones, reconociendo que cada “paciente” es un ser con historia, con conocimientos, y por ende con sus propias creencias y cosmovisiones, en relación a las maneras posibles de sanación.

La intencionalidad es darle lugar poniéndolas en diálogo con la institución de salud, coreando de este modo otros discursos posibles, en un intento por inter-culturalizar la misma, y por ende, sus prácticas.

Entendemos que hay diferentes formas de comprender la realidad y es necesario generar condiciones para que la población exprese su propia cultura medicinal con el objetivo de democratizar tanto los discursos, como las prácticas en relación a los procesos de salud-enfermedad-cuidado.

De-construyendo salud en forma grupal comunitaria, para pasar de ser pacientes a ser protagonistas, ampliando el concepto de salud a la posibilidad de prevención y de otros modos de sanación posibles.

Apostamos a la construcción de una mirada integral en relación a los procesos colectivos de salud-enfermedad-cuidado en la población de Ybarlucea.

Creo que, como leí alguna vez, la verdadera Atención Primaria de la Salud es intrafamiliar. Sucede todos los días en el espacio íntimo, doméstico, y es allí donde comienza el proceso terapéutico de alguna dolencia, que muchas veces no llega a las instituciones de Salud. Es allí donde se transmiten de generación en generación los saberes ancestrales, las recetas con plantas medicinales. Es allí donde se teje la cultura y cada grupo humano construye su propia definición de enfermedad, de salud y de cuidado.

Por ende, revalorizar, visibilizar, rescatar, compartir estos saberes, y que no se pierdan, es también nuestra tarea como trabajadores de la Salud.

A estos conocimientos populares que son una construcción colectiva se los puede complementar con los aportes que hace el conocimiento científico médico hegemónico, y está aquí la intención de este espacio.

Fotos: Lorena Marti.

 

Contribuir desde nuestro lugar a la vida saludable que sabemos es una construcción cultural más social que biológica y está precisamente en manos de la propia comunidad.

Apostar al buen vivir, entendiendo que el cuidado del otro es mi cuidado, que es en los vínculos donde sucede la prevención, que la sanación es en compañía.

Por estos motivos la convocatoria es a la ronda en el patio, al intercambio de saberes, de miradas, de sonrisas, de anécdotas, de dolencias, de recetas, de dolores y malestares, que compartidos, sabiéndonos muchos y en compañía, son más llevaderos, indudable e inevitablemente.

Considero que el trabajo en Salud no se limita al saber diagnosticar, pronosticar, producir análisis epidemiológicos, realizar campañas, sino que también es un proceso y un espacio de producción de relaciones e intervenciones, que ocurre de modo compartido.

Y es así que nos encontramos, en contexto de pandemia mundial, aportando herramientas y construyendo colectivamente nuevos procesos de salud-enfermedad-cuidado, de auto-cuidado y de protección que ojalá se multipliquen, ¡Salud!

(1) El mencionado espacio interdisciplinario es llevado a cabo por quien suscribe en conjunto con la médica directora de la institución, la terapista ocupacional, ambas médicas del efector: la de guardia y la especialista en medicina ayurvédica; además de la participación de dos vecinas de la comunidad, invitadas a compartir sus saberes en fitoterapia y uso de plantas medicinales. Gracias a cada un@ por hacerlo posible.

 

(*) Licenciada en trabajo social. Colegio de Profesionales de Trabajo Social de Santa Fe 2ª Circunscripción

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