El corto fue presentado el miércoles último en el Festival de Cine de Venecia y tendrá una función en el Festival de Cine de Nueva York el 29 de septiembre, tras un arduo trabajo que incluyó a cineastas, ex colaboradores de Fellini, matemáticos, programadores y familiares del fallecido director, quienes resguardaron su nombre en este proyecto que fue financiado por Campari. El material, tras ser proyectado en la ciudad de la Gran Manzana, se dispondrá en una plataforma on-demand.
Por su parte, el matemático Marc D’Souza, explicó: «Las máquinas, y los modelos de IA en particular, pueden asimilar enormes cantidades de datos y ver o actuar sobre patrones en un período de tiempo relativamente corto. Algo que podría requerir años de investigación y estudio para descifrarlo y aplicarlo en el proceso creativo, puede requerir un algoritmo de aprendizaje automático en cuestión de horas o días».
«Creo que un proyecto como este –opinó la sobrina del artista, Francesca Fellini– es una manera perfecta de honrar su legado. Aunque él se inspiró mucho en su pasado, siempre estaba mirando hacia el futuro. Se adoptó un enfoque similar para este proyecto; tiene sus raíces en la herencia, pero es futurista con el uso de inteligencia artificial».
El ojo de Fellini es único. Fue uno de los grandes cineastas de todos los tiempos con películas que marcaron un antes y un después. Parte fundacional del denominado neorrealismo italiano, su cámara y sus guiones navegaron y retrataron la vida italiana y europea de la posguerra.
Joyas de la cinematografía como La dolce vita, La Strada o Los Inútiles muestran puntos de vista diferentes sobre la crisis de identidad, económica y social que se vivía por los 50, cuando Europa se debía reconstruir. Su cine fue tomado como ejemplo por directores que hoy son tendencia, como Paolo Sorrentino, Cristopher Nolan o el mismo Quentin Tarantino. Y ni hablar de Martin Scorsese o Francis Ford Coppola.
Es por ello que posar la atención en todo lo que refiere a Fellini no es puro snobismo, sino una forma de contemplar el presente con un ojo clásico y atemporal.
«En este proyecto –sostuvo la albacea– nos ayudó a comprender mejor a mi tío. Él nos dejó obras llenas de sátira y veladas con una sutil melancolía, caracterizadas por un estilo onírico y visionario que encontré en Fellini Forward«.
Maximilian Niemann dio su parecer acerca de cuál es el límite entre el trabajo de la máquina y el del ser humano: «La IA es increíblemente buena para generar un gran volumen de resultados, creando ideas que los humanos nunca hubieran pensado. Pero se necesita la participación humana para implementar una estructura y organizar esos resultados; es por eso que el humano y la máquina trabajaron tan bien juntos en este proyecto».
A su tiempo, Francesca Fellini aportó: «Para mí era crucial que el proyecto fuera una colaboración con IA en lugar de la máquina que reemplazaba a mi tío y su genio. Para mí, el hombre siempre será superior a la máquina, ya que somos seres emocionales, sensoriales e imaginativos».
Niemann también opinó acerca de si este proyecto puede ser un punto de partida respecto de la forma en que se usa la IA en cinematografía: «El proceso puede ser muy inspirador para otros cineastas y muestra cómo los creativos humanos pueden trabajar junto a una máquina para crear una obra de cine completamente nueva. Hay muchos otros roles que la IA puede desempeñar dentro del mundo del cine. Ya está ayudando a guionistas, coloristas y editores a mejorar su trabajo y hacer su trabajo más fácil y rápido».
En relación al mismo tema, Marc D’Souza aportó: «Ahora existe un enorme potencial para que los seres humanos y las máquinas trabajen juntos en una capacidad creativa. Si bien la IA no siempre ha sido sinónimo de creatividad y emoción, proyectos como Fellini Forward muestran cómo ahora podemos aprovechar el poder de la IA para mejorar el arte y el cine. Este es un desarrollo enormemente emocionante: la IA tiene el potencial de ayudar con todo, desde la creación de ideas hasta la redacción de guiones, la visualización e incluso la postproducción».
Y finalmente, la sobrina del gran maestro expresó: «Hay una frase conmovedora del escritor de ciencia ficción William Gibson, que dice: «El futuro ya ha llegado. Simplemente no se ha distribuido de manera uniforme todavía». Los humanos cometemos errores, pero eso es lo que nos hace superiores a las máquinas. Hoy en día, los humanos ya no son los únicos que pueden llamarse a sí mismos inteligentes y tienen la capacidad de tomar decisiones y actuar de forma autónoma. Es una era en la que los robots conviven entre nosotros, nos ayudan, nos conectan, colaboran con nosotros y, sobre todo, al interactuar con nosotros, nos cambian y, con nosotros, tienen el poder de transformar la sociedad en su conjunto».
