La Entidad Binacional Yacyretá, que opera la central hidroeléctrica de la ciudad correntina de Ituzaingó, estimó como “muy probable” que en las próximas semanas se profundice la bajante del río Paraná debido al déficit de precipitaciones de las cuencas que aportan agua a ese caudal.
“La Entidad Binacional informa que en función de la persistencia de la actual condición climática imperante en la cuenca de aporte, y a los resultados de los escenarios planteados por los centros climáticos de referencia, visualiza como situación muy probable la profundización de la bajante del río Paraná”, indicó este lunes la compañía estatal argentino paraguaya.
Agosto de 2021 fue el de menor caudal afluente en 50 años a esa región del Paraná, y los pronósticos de centros meteorológicos de Argentina, Paraguay y Brasil indicaron que el estrés hídrico se profundizará de la mano de precipitaciones por debajo de los promedios para esta etapa del año.
“El mes de agosto finalizó con un caudal promedio de 6.600 metros cúbicos por segundo, valor que no ocurría desde hace 50 años. Representó un 20% más que el mínimo registrado en agosto de 1970 (5.500 metros cúbicos por segundo)”, indicó la EBY.
La tendencia a la baja de caudales se mantendrá, agregó, asociada a la “persistente escasez de precipitaciones ocurridas en la cuenca del río Paraná aportante a Yacyretá (del orden del millón de kilómetros cuadrados), donde se observaron anomalías negativas”.
Un dato: desde el inicio de 2021, hubo entre 200 y 400 milímetros de lluvias menos que lo habitual. Lo peor, según las estimaciones, es que no habrá recuperación, sino todo lo contrario, porque respecto del escenario climático para el trimestre, “se prevé mayor probabilidad de ocurrencia de precipitación inferior a la normal para la porción” argentina, paraguaya y brasileña de la cuenca del Paraná que aporta a Yacyretá.
Menos caudal es menos energía y más aporte público
Fuentes del sector energético admitieron que la bajante del Paraná afecta con gravedad la operación de las centrales hidroeléctricas de Yacyretá y Salto Grande, y el horizonte no es alentador de acuerdo a las proyecciones climáticas.
La central de Yacyretá está operando con 12 de sus 20 turbinas, lo que se traduce en una reducción de la generación de energía cercana al 50%, por debajo de los 1.100 Megavatios, o lo que es lo mismo, un tercio de su capacidad técnica instalada de 3.200 Megavatios.
“La generación de la energía hidroeléctrica no es constante porque justamente está sujeta al caudal, en este caso del Paraná. El problema viene asociado a que ante una caída en este tipo de producción, las centrales termoeléctricas deben compensarlo y para ello necesitan gas, que hoy muestra una oferta decreciente. Aquí entra en juego una mayor importación que significa también mayores desembolsos del Tesoro vía subsidios para contener las tarifas en el mercado interno que están congeladas. Así es que sólo en subsidios, hasta junio ya se desembolsaron unos 5.200 millones de dólares y el año cerraría en torno a los 9.000 millones o más”, evaluó Jorge Lapeña, presidente del Instituto de la Energía General Mosconi.
