La Papelera Baigorria, una fábrica de papel higiénico con 40 años de historia en esa ciudad, cerró sus puertas dejando a 50 familias sin trabajo. Según se informó, un contrato de alquiler que no renovó el espacio físico, una ordenanza y una inspección municipal fueron los motivos que provocaron el cese.
Según informó el portal 11noticias, la empresa tuvo una inspección municipal en la cual se determinó qué cuestiones medioambientales ligadas a efluentes de aguas de proceso deberían ser solucionados. Y se planteó que luego habría que llevar la empresa a una zona industrial: eso es lo que dicta una ordenanza de uso de suelo del municipio de Granadero Baigorria.
A ese inconveniente se le sumó el vencimiento de un contrato de alquiler de los galpones donde funciona la firma, que tras el fallecimiento del titular no hubo posibilidad negociar con la familia a cargo.
“Ayer tuvimos una reunión con el sindicato y nos informó que la patronal tomó la decisión de cerrar definitivamente porque hay una ordenanza municipal que dice que la fábrica no puede estar en la zona urbana”, contó Daniel Coria.
«Si seguíamos trabajando tampoco nos habilitaban el uso de suelo y era medio de izquierda la cosa. La empresa no quería tomar el riesgo para no tener otra inspección y posterior multa del municipio”, añadió el trabajador.
Los trabajadores cesanteados suman 20 de forma directa en la planta. Y hay otras 30 personas tercerizadas. Los obreros están representados por el Sindicato del Químico, Papel y Cartón.
Un poco más de datos
Según contaron los despedidos, hoy la empresa “no tiene la habilitación y los dueños del lugar no informaron si van a renovar el contrato que vence el 31 de octubre”.
Consultados por la situación de pagos y salarios, los trabajadores aseguraron que “los salarios están al día” y que en las reuniones con el gremio ya plantearon el pago de una indemnización. La empresa lleva 40 años produciendo en el lugar “y es la primera vez que pasa algo así”, contaron.
Según dijeron, se vieron sorprendidos al encontrarse con una inspección que llegó “de golpe: vinieron, clausuraron y ahora se ve el problema del medioambiente».
Lo cierto es que pasó casi medio siglo para cuestionar el ordenamiento medioambiental de la empresa. “No pensaron en las familias que dependen del trabajo, no nos dieron ni siquiera un tiempo para conseguir otro trabajo”, expresaron los cesanteados.