El cantante y compositor Miguel Mateos celebrará 40 años de historia con la música con una serie de conciertos presenciales que iniciará el 9 y 29 de octubre en el porteño teatro Gran Rex y traerá el 6 noviembre a Rosario, en el teatro El Círculo, en los que hará un repaso por sus emblemáticas canciones «que están en el corazón de la gente», tal expresó.
«Mi obra es mi único patrimonio y mi obra son mis canciones; me siento muy afortunado por tener tantas canciones tan representativas de distintos épocas y de distintas situaciones personales en cada persona, no solamente en Argentina sino también en toda Latinoamérica, que ha sido tan generosa con todos nosotros y donde tengo la suerte de seguir girando», indicó Miguel Mateos en charla con Télam.
En estos conciertos, el músico hará un recorrido por su historia, que va desde su presentación masiva en sociedad como apertura de los míticos recitales de Queen en febrero de 1981, hasta este presente que lo encuentra activo con su último álbum Undotrecua nominado al Grammy Latino.
«Es una fiesta para mí», dijo Mateos acerca de 40 años, nombre del show que el cantante presentará primero en la sala de la avenida Corrientes 857 -agregó una segunda función por localidades agotadas- y luego en las ciudades de Córdoba y Rosario -el 5 y 6 de noviembre, respectivamente-, como una forma de agradecimiento al público fiel que lo siguió durante tanto tiempo y a las nuevas generaciones que buscan descubrir el poder escénico de Mateos.
En este reencuentro con el público, el cantante -responsable de hits como «Va por vos, para vos», «Huevos», «Tirá para arriba», «Obsesión», «Cuando seas grande», hasta el presente de Undotrecuá con su homenaje al rock argentino de «El nacional»- adelantó en estos conciertos el Gran Rex y en su gira por el interior.
Sobre el show que brindará en medio de este festejo, el músico sostuvo: “El repertorio se basó en cada disco. Me parecía interesante buscar una canción representativa de cada álbum y contar alguna historia de esa canción. La idea es hacerlo en forma cronológica, teniendo en cuenta que parto desde el 81 y que sigo hasta el 2021 han pasado un montón de cosas en la Argentina, a mí como argentino y también en el mundo, así que lo estoy armando desde ese punto de vista. Seguramente habrá algún que otro invitado para poder compartir en el escenario, así que va a ser muy ameno, espero que sea de esa manera y totalmente disfrutable.
A su vez, ante el regreso a la “nueva normalidad” y dar un concierto con el público presente en la sala, Mateos expresó: “Me siento un afortunado de ser un artista popular, querido, respetado y de alguna manera también muy consciente a lo largo de todo este tiempo con mi trabajo y por eso de alguna manera muy serio; yo creo que también me he ganado un poco el respeto de la gente a lo largo del tiempo, he tratado para preservarme. Sé que tengo canciones en el corazón de la gente y eso me llena de orgullo y de satisfacción y al mismo tiempo de gran responsabilidad de lo que viene”.
Y agregó: “A lo largo de los últimos 40 años he pasado por dictaduras, por gobiernos radicales, peronistas y cuestiones sociales a nivel nacional y a nivel internacional, y creo que he dado registro en cada uno de esos momentos de las cosas que pasaban a mi alrededor, desde todo punto de vista, así que no siento nostalgia, al contrario es gratificante reencontrarme con mi obra, mirar hacia atrás y ver que realmente sigue teniendo una vigencia muy impactante en la gente. Además porque sigo pensando hacer cosas. Tengo una ópera escrita que se va a estrenar seguramente el año próximo o en el 23 para orquesta sinfónica, para coro, banda y cinco cantantes. Sigo pensando hacia delante”.
Pero previo a ese nuevo material, el cantautor, que fue telonero de Queen en 1981, hizo un balance de sus cuatro décadas de carrera: “Arranco en el 81 con Queen, efectivamente, eso es un hito sin duda, como Zas, un grupo totalmente desconocido que gana una suerte de posibilidad inédita y partir de ahí llega mi primer disco, y después de tres años, viene la gran explosión de Rokas vivas (1985), un compendio de mis tres primeros álbumes, en medio de una situación muy particular de la Argentina. Después fue importante el hecho de pensar en Latinoamérica como gran posibilidad, de seguir cantando lo nuestro, y llegar a tocar en Teatro Griego en los Ángeles o en el Chicago Theatre y de alguna manera también dar el puntapié de lo que fue la MTV Latina”. Y continuó: “Otro acontecimiento que recuerdo fue mi autoexilio en Los Ángeles en los 90, fue un gran aprendizaje estar allí con gente muy avezada en producción, directores, músicos y me dio la posibilidad de poder tocar con diferentes bandas y poder tener esa gran diversidad. Después, recuerdo mi vuelta a la Argentina y un sinnúmero de cosas que pasan a partir del año 2000, y mi etapa independiente como productor musical. Lo más interesante a mi juicio es el momento actual y esa posibilidad de la libertad de poder elegir y saltar al vacío con algo tan especial como mi nuevo trabajo con la ópera ya terminada, este nuevo empujón hacia adelante. Estoy viviendo a full todo lo que aconteció y lo que va a acontecer”.
Además, consultado si antes de ser famoso había pensado en que sus temas podían llegar a ser cantados por tanta gente de distintas generaciones, a través de los años y si se considera si su éxito se debe al resultado de tanto trabajo o bien al azar, Miguel Mateos respondió: “Nada es producto del azar, soy un tipo de trabajo, de estudio, sigo estudiando, sigo tratando de aprender esta misteriosa materia que es la música. Yo creo en el trabajo, creo en el mérito que se ha puesto en tela de juicio últimamente, y que es en definitiva eso, una mezcla de estudio, trabajo y aprovechar la oportunidad que a uno le va a apareciendo en la vida, más una gran dosis de entusiasmo para seguir, salir adelante, a pesar de los momentos más bajos, porque obviamente a lo largo de 40 años he tenido momentos más bajos, más intermedios, más altos, pero haber lidiado con todo eso y encontrarme en la situación que estoy hoy, me hace muy feliz”.
Por otro lado, amplió: “El principal motor que me sigue impulsando es esta gran vocación que tengo por la música y que de alguna manera me inculcó mi madre al ser profesora de música y profesora de coros; desde ese comienzo sentándome al piano vertical de la casa de mis padres a darme mis primeras lecciones, a obligarme posteriormente a ir al conservatorio y hasta el momento de tomar yo la decisión de hacerlo esto en forma profesional. La música es el motor de mi existencia”.