El empresario Mark Zuckerberg no las tiene todas consigo: su mega corporación Facebook, propietaria también de la mensajería WhatsApp y de Instagram sufrió una pérdida bursátil de alrededor de 6 mil millones de dólares poco antes de otro revés, el del apagón de sus redes. Un día después de esa debacle, ensayó una explicación: la atribuyó a «un cambio de configuración defectuoso» en su ingeniería digital. Otros especialistas en comunicaciones e informática resumieron la hipótesis que abonan señalando que las plataformas «se borraron a sí mismas». Unos y otros dan poco crédito a un ciberataque como el responsable, pese a que perfiles de Anonymus en Twitter se atribuyeron la caída: es que no dieron ningún tipo de pistas de ese supuesto hackeo, que de haber ocurrido pondría en extrema debilidad a la compañía al exponer sus fallas de seguridad.
Zuckerberg difundió en la noche del mismo lunes un mensaje con las explicaciones y un pedido de «disculpas a todos los afectados». Pese a la explicación que dio, admitió que está «trabajando para comprender más sobre lo que sucedió» y «continuar mejorando» la infraestructura de la corporación.
Facebook comunicó que sus equipos de ingeniería determinaron que «los cambios de configuración en los enrutadores troncales que coordinan el tráfico de red entre los centros de datos causaron problemas que interrumpieron esta comunicación».
De esa manera, el tráfico de la red «tuvo un efecto en cascada en la forma en que se comunican los centros de datos, lo que paralizó los servicios». Para afuera y hacia adentro, el colapso fue total: «También afectó a muchas de las herramientas y sistemas internos que utilizamos en nuestras operaciones diarias, lo que complicó nuestros intentos de diagnosticar y resolver rápidamente el problema», se extiende el comunicado.
Tras el apagón mundial de siete horas que este lunes dejó sin conexión a los usurarios de WhatsApp, Instagram y Facebook, la empresa buscó así despejar las primeras especulaciones sobre un posible ciberataque como la causa de la caída. «Queremos dejar claro en este momento que creemos que la causa principal de esta interrupción fue un cambio de configuración defectuoso», insiste el texto difundido vía Twitter –red donde proliferaron los memes y bromas en torno al apagón– por Mike Schroepfer, gerente de tecnología de la compañía de Zuckerberg.
Alrededor de las 12.15, hora de la Argentina, las tres aplicaciones que pertenecen a Facebook dejaron de funcionar y, según el portal especializado downdetector.com.ar, en menos de una hora sumaron miles de denuncias de usuarios a nivel global.
Las tres empresas que pertenecen al mismo grupo también registraron problemas en sus páginas web y blogs además de los servicios de mensajería, ya que tanto Facebook e Instagram no se podían actualizar.
El canario en la mina
John Graham, directivo de Cloudflare, una de las principales empresas proveedoras de servicios de internet, avisó a través de su cuenta de Twitter que «cinco minutos antes de que los DNS (protocolo que permite encontrar las direcciones IP de internet) de Facebook dejasen de funcionar, vimos un aumento de las BGP (protocolos de enrutamiento entre diferentes nodos) en los sistemas autónomos de Facebook». Un aviso, como los canarios en la mina inquietos ante la presencia de gases tóxicos que detectan antes que los trabajadores.
La explicación es que «sin estos registros, los navegadores y las apps no pueden encontrar el contenido de las redes sociales» y, por lo tanto, los usuarios no las pueden utilizar con normalidad. Así lo explicó el director de tecnología de Transparent Edge Services, Diego Suárez.
Que WhatsApp, Instagram y otras empresas que pertenecen a Facebook se encuentren caídas no es inusual. En marzo pasado, hubo un bajón mundial en los servicios de estas tres redes sociales que se solucionó a las pocas horas. Pero el apagón reciente es distinto: ni la propia multinacional sabe aún con certeza a qué se debió.
La hipótesis más extendida es que Facebook se borró a sí mismo por accidente. «La explicación más probable es que las rutas de Internet de la empresa (BGP) fueron retiradas por error durante el mantenimiento», señaló el CEO de Cloudflare, Matthew Prince.
El pajarito engordó
Ante los fallos de la competencia, Twitter experimentó un inusual aumento del tráfico. Y lo aprovechó: «Hola literalmente a todo el mundo», ironizó la compañía en su cuenta corporativa.
Los problemas también llegaron a Telegram, pese a que fue potencial beneficiaria del apagón. La app dirigida por Pavel Durov, principal competencia de WhatsApp, tuvo que hacer un llamado a la calma ante las quejas de los usuarios que protestaban por que su funcionamiento era más lento de lo habitual. «Con tanta gente dándose de alta, las cosas van un poquito despacio. Es agradable que vengan, pero todos a la vez es demasiado. ¡Perdón!», explicó el perfil oficial de Telegram en Twitter.