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Extorsión a comerciantes: las opciones eran pagar un canon semanal, balas o cierre del local

Desbarataron banda que mentaba a Los Monos para apretar a dueños de comercios: exigían "peaje" cada 7 días para dejarlos trabajar tranquilos. El que se negaba sufría consecuencias. En un caso balearon la casa de la víctima e hirieron a su hija en el abdomen. El cabecilla, un preso condenado por robo

“Me presento: soy Pablo Cantero, yo soy el chico que anda cobrando la zona, a todos los negocios alrededores que tenemos ahí, están pagando la zona, ¿me entiende? Eh, lo dejo trabajar tranquilo, nadie lo va a molestar. Me están pagando al mes cuarenta mil pesos y por semana diez mil pesos. Si usted no colabora con lo que le estoy pidiendo, en este momento ya está por cerrar… Te puedo hacer cerrar el negocio, no te voy a dejar trabajar tranquilo, lo cierro a los tiros si usted no quiere colaborar en este momento…”. Este es el tenor de las llamadas que recibían comerciantes de zona sudoeste en los últimos meses. En la comunicación, que según la pesquisa hacía un preso desde el teléfono que tenía a su nombre, les exigía pagar para dejarlos trabajar tranquilos y no ser blanco de balas, amedrentamientos o cierres de locales. Tres personas fueron identificadas como miembros de esta banda. Una de ellas sindicada como organizadora está tras las rejas purgando una condena. Este hombre además fue imputado como instigador de un crimen que quedó en tentativa cuando balearon la casa de una de las víctimas que se negaba a pagar e hirieron a su hija. Los otros dos sospechosos, una pareja, fueron sindicados como recaudadores. El trío quedó preso preventivamente tras la imputación; en el caso de la mujer el plazo fue de dos meses.

Llamaban por teléfono para extorsionar a comerciantes. Decían que eran parte de la banda de Los Monos o pertenecían a «los Cantero». Pedían un monto inicial y un pago semanal para dejar a los comerciantes trabajar tranquilos, no atacarlos a tiros o no cerrarles los negocios.

Los comercios estaban ubicados en distintos puntos de la ciudad, sobre todo en el sudoeste. El grupo delictivo ubicaba un teléfono para comunicarse con los dueños o encargados, hacía un llamado extorsivo, vigilaba el lugar y pasaba a cobrar «el aporte”. Si las víctimas se negaban a pagar eran blanco de amedrentamientos.

La investigación inició con las denuncias de dos víctimas. El modus operandi era el mismo: las extorsiones eran telefónicas. Al analizar el teléfono del que recibieron las llamadas se constató que el titular está preso purgando una condena de cinco años de cárcel por robo calificado y resistencia a la autoridad. Fue identificado como Gastón Ezequiel “Tonga” Escalante. La pesquisa profundizó en los contactos de este interno y dieron con Brian Ezequiel «Orejón» H. lo que derivó en otras medidas investigativas que dieron con la tercera integrante del grupo.

Ambos tuvieron una conversación donde Tonga le dijo a Orejón que fuera a cobrar a uno de los comercios que no estaba pagando. Para los fiscales Mariano Ríos Artacho y Matías Edery, Tonga estaba a cargo de la organización delictiva y era quien hacía los llamados extorsivos. Les pedía una cifra inicial de 40 mil pesos y 10 mil pesos semanales. Además mandaba a personas a controlar quién estaba en el local al momento de la llamada y mandaba a cobrar o a amedrentar en caso de que la víctima no pagara la extorsión.

En cuanto a Orejón, fue señalado como el encargado de recaudar el dinero y amedrentar a las víctimas, contaron los fiscales. La tercera persona que la pesquisa identificó como miembro del grupo es Abigail Noelia L., pareja de Orejón, quien también se ocupaba de hacer cobranzas, dijeron. Aunque no son los únicos: hay otras personas que recaudaban aunque aún no fueron identificadas, contó la Fiscalía.

Imputación

Los fiscales imputaron al trío de pertenecer a una asociación ilícita; además le achacaron distintos hechos de extorsión. Puntualmente los fiscales imputaron a Tonga siete extorsiones, seis de ellas tentadas y una consumada en los siguientes locales: el 29 de septiembre de 2021 a un local comercial en zona de Cereseto al 5500; el dueño recibió un llamado y pagó la suma inicial y el 16 de octubre se interceptó una comunicación entre Tonga y Orejón donde el primero le pedía que pasara por el local y atemorizara a la víctima para que pagare lo que faltaba.

El 2 de octubre el objetivo fue un comercio ubicado en Hilarión de la Quintana al 2800 y otro en Ovidio Lagos al 5300. También amedrentaron a la empleada de un local de Lagos al 5400. El 13 de octubre el amedrentamiento lo sufrió el dueño de un comercio en bulevar Seguí al 5200 y el propietario de un local ubicado en Doctor Riva al 2900.

Intento de asesinato

Edery además atribuyó a Tonga una extorsión que se produjo entre el 9 de octubre y el 6 de noviembre a una de las víctimas para que entregara 40 mil pesos, hecho que terminó con una balacera y un intento de asesinato a una menor de edad.

Para la Fiscalía, el 9 de octubre llamaron a la víctima y le exigieron 40 mil pesos para no atentar contra su vida y la de su familia. El 13 de octubre, esta persona recibió un mensaje por whatsapp reiterando la exigencia. El 6 de noviembre personas aún no identificadas efectuaron disparos con una pistola calibre 9 milímetros contra el domicilio ubicado en avenida Francia al 4000, donde se encontraba la hija menor de la víctima y uno de los proyectiles la hirió en la zona abdominal. Ese mismo día le llegó un mensaje de whatsapp diciendo: “Ahí te dejé un atentado para que veas que esto no es joda, que no vamos a joder. Si no pagás la próxima te matamos a tu mujer, esto es así”.

El juez Gonzalo López Quintana, quien presidió la audiencia, tuvo por formulada la imputación y dictó la prisión preventiva del trío: para Gastón Ezequiel Escalante y Brian Ezequiel H. por el plazo de ley y para Abigail Noelia L. la medida cautelar de encierro es por 60 días.

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