Los padres de Lucas González, el adolescente asesinado por policías de la Ciudad en Barracas el miércoles último, exigieron que los tres efectivos implicados en el crimen «estén presos» y «paguen» por lo que hicieron, pidieron que el nombre de su hijo «quede limpio» y suplicaron el apoyo de la sociedad para que los acompañen en «una marcha pacífica, con velas y banderas argentinas» que realizarán el próximo lunes frente al Palacio de Tribunales.
En medio de un clima de dolor y tristeza y acompañados por el abogado Gregorio Dalbón, que los representará en la causa penal, Mario «Peka» González y Cintia López reclamaron la detención inmediata de los tres policías de la Brigada de Sumarios e Investigaciones de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, contó la Agencia Télam.
«Pido que estas personas que están libres, estén presas, todos los culpables», en alusión a los policías Gabriel Isassi, Fabián López y José Nievas, y aclaró: «Yo no meto a toda la policía en la misma bolsa pero quiero que ellos paguen por lo que hicieron».
La madre de la víctima contó que Lucas «era una criatura, un bebé, un chico de 17 años que todos los días se levantaba a las 5 de la mañana para ir a entrenar».
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«Todas las mañanas me mandaba mensajes para avisarme que ya había tomado el tren o el colectivo, para que le prepare la comida. Después llegaba a casa se acostaba un ratito y se iba a la escuela. Lo habíamos cambiado de turno para que no se le junte con los horarios de entrenamientos», señaló.
La madre explicó que el día del crimen le mandó un mensaje que decía «hola amor, ¿por dónde andás?» y que le pareció «raro» que tuviera una sola tilde, por lo que lo llamó varias veces y no obtuvo respuesta.
También contó que miraba televisión cuando pasaron la noticia de Barracas y le dijo a su marido que era «por dónde entrenaba Lu».
«Resulta que al pibe, al ‘delincuente’ que le habían pegado un balazo en la cabeza, era mi hijo», dijo llorando y agregó: «Mi hijo venía de entrenar, los cuatro venían de entrenar. Él no le hizo nada a nadie», refirió Télam
«Yo pido por favor que no me dejen sola, que me acompañen y que por favor estas personas que están libres, estén presas, todos los culpables. Yo no meto a toda la policía en la misma bolsa pero quiero que ellos paguen por lo que hicieron», señaló la mujer.
Mario González, el padre del joven, dijo: «Somos gente trabajadora, gente humilde, no somos ningunos delincuentes porque yo tenga una viscerita».
«Ayer volvimos a la casa después de dos días de calvario. En cada rincón de mi casa está mi hijo, que era un chico que hacía deporte, a quien yo me encargaba de comprarle las zapatillitas, botines», dijo llorando el padre, mientras exhibió un tatuaje con el nombre Lucas y la fecha de su nacimiento en el antebrazo izquierdo.
«Yo quiero que el nombre y apellido de mi hijo, Lucas González, quede limpio porque era una criatura que perseguía su sueño. Estaba contento porque Barracas iba a jugar una final para ascender a primera división y él quería competir en la máxima categoría. Le arrebataron el sueño estos asesinos» y anunció la movilización para el lunes 22, frente a los tribunales porteños.
«Convocamos el lunes a una marcha pacífica con una vela y banderas argentina, en frente al Palacio de Tribunales. Que esto no pase más, que no pase un Lucas más. A mí no me importa la política, a mí me importa hacer justicia por mi hijo porque ya no lo tengo», afirmó.
Luego, los padres regresaron a su casa de Florencio Varela, donde decenas de amigos de Lucas, muchos de ellos futbolistas de clubes de la zona, se hallaban con banderas y carteles con reclamos de Justicia, contó Télam.
Al grito de «Lucas, Lucas», el grupo de jóvenes aplaudió a los padres mientras mostraban una bandera con la leyenda «Justicia por Lucas – Fuerza Peka» (apodo del padre) y con el escudo del club Defensa y Justicia de Florencio Varela.
La familia y los amigos aguardaban la entrega del cuerpo para asistir al velatorio a realizarse en una sala de ese partido de la zona sur del conurbano.