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El impacto de la sequía sobre la cosecha podría provocar pérdidas por 4.800 millones de dólares

Las escasas precipitaciones en distintas regiones productivas del país lleva a estimar importantes recortes para las campañas de soja y maíz. El monto representa un 1%del PBI y tendría fuerte impacto en la economía argentina. Las pérdidas preocupan al gobierno en medio de negociaciones con el FMI

Las condiciones de sequía que afectan a las regiones productivas más importantes del país ponen en jaque las campañas de soja y maíz, generando incertidumbre sobre el panorama financiero para el gobierno nacional. Tomando las estimaciones sobre las dificultades en la cosecha, podrían perderse ingresos cercanos a los 4.800 millones de dólares para la economía argentina, cifra que representa el 1% del Producto Bruto Interno (PBI). Pero a esto se suma lo que perderá el Estado exclusivamente en derechos de exportación y otros impuestos: se calculan pérdidas por montos cercanos a los 1.440 millones de dólares, escenario que dificulta aún más la situación argentina en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La sequía climática que afecta al país desde hace por lo menos dos años viene generando dolores de cabeza para los productores. Si bien en 2021 el fenómeno de la Niña (como se conoce a la falta de precipitaciones) afectó la campaña, entre el 8 y el 12 de enero dio una breve tregua con algunas lluvias que permitieron darle curso a la cosecha. Este año no fue el caso.

Es que 2022 sigue sin precipitaciones importantes y ya van casi 30 días sin milímetros significativos que den auxilio. El maíz sigue sufriendo golpes de calor que se han sucedido con apenas una semana de respiro en medio. Temperaturas extremas, baja humedad relativa, días de vientos continuos, una humedad relativa de 10 a 15% y una radiación con valores de watts también extremos son algunas de las variables que se han alineado para poner al maíz de primera contra las cuerdas.

Según estimaciones de la Bolsa de Comercio Rosario (BCR) el resultado de este fenómeno climático es que respecto a lo que se esperaba en diciembre, un escenario que con cierta normalidad hacía posible alcanzar 56 millones de Toneladas (MT), la primera estimación maicera para argentina es de 48 MT. En tanto para la soja, las proyecciones pasaron de 45MT a 40 MT.

Incluso con la recuperación de los precios, la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a US$ 2.930 millones, lo que redundará en menos fletes, menos servicios financieros y de intermediación y menos consumo. “En total, el impacto sobre la economía argentina se estima en US$ 4.800 millones, o un 1% de su PBI potencial”, indicaron desde la entidad bursátil.

En el frente externo, las exportaciones de los principales productos de los complejos soja y maíz caerán en 13 millones de toneladas. Si valorizamos las exportaciones netas del sector a los precios actuales, se estima que dejarán de ingresar al país US$ 2.665 millones, una caída del 10% respecto al total estimado al cierre del año pasado.

Además, el Estado dejará de recaudar impuestos por US$ 1.440 millones, de los cuales US$ 1.040 millones corresponde a menor ingreso tributario por derechos de exportación, y el resto a otros impuestos.

Recorte en maíz

De acuerdo al último informe publicado por la entidad bursátil, este año se sembró más, pero habrá menos maíz, ya que el rinde cae 10 quintales respecto a 2021. A pesar de haberse sembrado un 8 % más de maíz que en el ciclo anterior, la primera estimación hecha sobre la evolución de los cuadros muestra que habrá 4 Mt menos hace un año atrás.

El guarismo tiene en cuenta un total de 7,96 M de ha sembradas (600.000 ha más) y 1,23 Mt que no podrán ser cosechadas para grano comercial. “El ambiente de baja productividad deja muy lejos 82 quintales del año pasado: el rinde promedio de la estimación nacional del cultivo de maíz 2021/2022 arroja 71,3 qq/ha. La posibilidad de sostener la producción del maíz argentino dependerá de las lluvias y el desarrollo que logren alcanzar los maíces de las siembras tardías”, sostuvieron desde la BCR.

Campaña de soja

En paralelo, advirtieron sobre la amenaza sobre la campaña de soja. Los retrasos y la severa falta de agua que han sufrido las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos ponen en duda si podrán sembrarse las 300 mil ha que están pendientes de una siembra total de 16,2 M de ha.

Si bien hay expectativas por los pronósticos que señalan lluvias para este nuevo fin de semana, las siembras estarán sujetas a la cantidad de milímetros, ya que por el grado de desecamiento alcanzado son pocos los lotes que aún tienen posibilidades.

En este contexto, el estudio descarta los escenarios de alta productividad que hasta hace poco hacían posible pensar en una campaña de 48 Mt. “Las condiciones de desecamiento y estrés termo hídrico han sido tan graves en los últimos 30 días que se descarta también la posibilidad de un escenario de normalidad y rindes promedios, lo que arrojaría un horizonte productivo de 45 Mt y se trabaja ahora con una proyección de 40 Mt”, calcularon.

Sea que no se concreten las siembras pendientes y/o aumente la cantidad de hectáreas que no valga la pena trillar, destacaron que se estaría ante una posible área de cosecha de 15,4 a 15,6 M de ha y un rinde nacional más cercano a los 26 qq/ha que a los casi 29 quintales de promedio de los últimos 5 años de producción de soja en Argentina.

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