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Subrogación de vientre: argentinos que fueron a buscar sus bebés a Ucrania no pueden volver

Es la historia de cinco matrimonios que debido a la invasión rusa los encuentra por el momento sin posibilidad de regresar a la Argentina ni de cruzar a otro país y con inconvenientes para acceder a refugios antiaéreos.
Al menos cinco matrimonios argentinos viajaron en el último mes a Ucrania debido al nacimiento de sus hijos a través del método de subrogación de vientre, muy común en ese país, pero la invasión rusa de este jueves los encuentra por el momento sin posibilidad de regresar a la Argentina ni de cruzar a otro país y con inconvenientes para acceder a refugios antiaéreos.

Después de años de tratamientos fallidos para lograr un embarazo exitoso, Ucrania es uno de los pocos países del mundo que permite a las parejas acceder a la subrogación y de esta manera cumplir con el sueño de ser padres. Allí viajan cada año decenas de argentinos y ciudadanos de otras partes del mundo.

Sandra (los nombres se cambian para preservar las identidades) llegó con su esposo a Kiev hace alrededor de un mes por el nacimiento de su hijo en una de las maternidades de la capital ucraniana luego de un tratamiento en la clínica Biotex, la más concurrida especialmente por los latinoamericanos.

«Nos están diciendo que nos retiremos del territorio ucraniano. Fue todo muy repentino y hay que organizarse. El tema es que no sabemos cómo retirarnos; estamos con los bebés y algunos todavía sin los papeles para regresar, pero queremos irnos», contó la reciente madre a Télam, quien indicó que mantienen contacto permanente con la Embajada argentina y que, incluso, algunas familias permanecían hoy en la residencia de la embajadora Elena Mikusinski, que cuenta con búnker.

Una vez que un bebé concebido por subrogración de vientre nace en territorio ucraniano y es entregado a las familias, los padres deben iniciar una serie de trámites en el Registro Civil local y en la embajada argentina en Kiev, que debe emitir un pasaporte de emergencia para que el niño o niña pueda salir del país sin inconvenientes.

En forma paralela, se debe tramitar otra documentación en el Registro Civil en Buenos Aires y en la Cancillería, aunque debido al conflicto con Rusia algunos requisitos se están eliminando para facilitar el regreso de una forma más rápida y eficiente.

Debido al cierre del espacio aéreo, la recomendación es salir vía terrestre hacia Polonia o Rumania, aunque para las familias que se encuentran con bebés recién nacidos se trata de un periplo complejo, al menos por el momento, ya que todos tenían previsto el regreso desde Kiev y por avión.

Emilia es otra de las argentinas que viajaron a Ucrania en los últimos días ante la inminencia del nacimiento de su hijo, cuya gestante se encuentra en la semana 39 del embarazo y permanece internada porque el parto puede producirse en cualquier momento y porque es norma de la clínica que estén allí con algunos días de anticipación.

«Yo estoy esperando que nazca mi bebé, ya dimos aviso a la Embajada de que estamos acá. Todos esperamos tener los pasaportes en mano para poder regresar. Mientras tanto, estamos en el departamento, acá está todo muy tranquilo», contó la mujer, que al igual que el resto de los connacionales se encontraba hasta hoy en un barrio ubicado en las afueras de Kiev, cerca de una hora en auto de la capital.

Debido a la situación, Emilia pidió a la clínica si es posible adelantar el parto de la gestante, lo cual era analizado por los médicos para no correr ningún riesgo.

Otros matrimonios no están en Kiev sino en Buenos Aires, pero se encuentran con la misma angustia, ya que viajaron hace algunos meses para iniciar el tratamiento y ahora reciben noticias de que las mujeres que están llevando los embarazos de sus hijos se encuentran en zonas que fueron bombardeadas, algunas a unos 700 kilómetros de la capital de Ucrania.

Es que el sistema de subrogación de vientre prevé que las gestantes se hagan los controles periódicos pero, en caso de que vivan en provincias alejadas a la capital, son trasladadas hacia allí sólo en el último tramo del embarazo.

A otra pareja, la invasión rusa la sorprendió en una escala en el viaje de Buenos Aires a Madrid, desde donde tenían previsto viajar mañana hacia Ucrania porque el nacimiento de su hijo está previsto para la semana próxima, pero el vuelo fue cancelado y ahora tendrán que buscar otra forma de llegar.

Mientras tanto, las familias argentinas en Kiev fueron informadas sobre el protocolo que deben cumplir en medio del conflicto: averiguar dónde están los refugios cercanos, las salidas de emergencia de los edificios, hacer reserva de agua potable y alimentos no perecederos, contar con un botiquín de primeros auxilios, linternas o velas en caso de cortes de luz y tener siempre a mano la documentación más importante.

La clínica, en tanto, les notificó que, en caso de bombardeos, pueden concurrir a un búnker que se encuentra a unos 15 minutos en auto pero en las últimas horas había inconvenientes para el traslado hasta ese lugar, con lo cual la gestión de la embajadora Mikusinski, que incluso abrió las puertas de su residencia, resultaba por estas horas clave.

En ese marco, una sexta familia decidió trasladarse a un hotel del centro que cuenta con un búnker en caso de un ataque por parte de Rusia.

En tanto, el grupo de argentinos y argentinas tiene sus valijas armadas en caso de que sea necesaria una evacuación de emergencia y algunos ya alquilaron incluso una camioneta en caso de que deban huir en forma inmediata de la ciudad que les dio la posibilidad de ser padres.

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