La micropoéticas teatrales, tan instaladas y en diálogo con el imaginario de la inmediatez del mundo líquido del presente, encontraron en el proyecto español Microteatro un espacio de expansión que pocas veces han transitado las artes escénicas en otros formatos. Su crecimiento es tal, que en las principales capitales del mundo la oferta de proyectos de este tipo acapararon la atención de los colectivos de teatristas pero sobre todo de un sector del público que encuentra en ellas algo más que las obras, en espacios distendidos y fragmentados por historias breves, con un mismo orden temático de continuidad mensual, además de un trago o algo para comer entre función y función.
Rosario no ha estado ajena al fenómeno en los últimos años, pero desde este jueves tendrá en un multiespacio céntrico la versión local del original Microteatro, que llega desde España de la mano del productor y gestor cultural rosarino Federico Fernández Moreno, quien adquirió los derechos originales de esta propuesta. De este modo, con varias funciones diarias de jueves a domingo, se presentará el primer ciclo de Microteatro con licencia oficial, luego de haber firmado contrato con su creador, el español Miguel Alcantud.
En 2013, Fernández Moreno estuvo en Madrid y se interesó por el formato. Un año más tarde, fue el creador del ciclo de obras breves Historias mínimas en el Centro Cultural La Nave, y desde 2017 renta un espacio cercano al primero que se transformó en el Teatro Odiseo, por San Lorenzo, entre Corrientes y Entre Ríos, donde ahora funcionará Microteatro Rosario, con obras de quince minutos, para quince espectadores por función, en un espacio reducido donde la proximidad es también un signo.
La cuarentena provocada por la pandemia, según cuenta Fernández Moreno, lo ayudó a aclarar ideas en cuanto a nuevas propuestas teatrales y junto con Natalia Operto decidieron poner a funcionar Microteatro Rosario.
“Soy un trabajador de la cultura independiente de Rosario; desde hace quince años me dedico al trabajo en salas de teatro y en el área de producción y desde 2011 estoy a cargo de la escenotecnia, más el mantenimiento edilicio del Centro Cultural La Nave. Este proyecto surgió en 2013, en un viaje a España que hicimos con Natalia, mi compañera. Estuvimos en Madrid, donde tenemos familia que nos había hablado muchísimo de Microteatro y fue así que conocimos el formato”, contó Fernández Moreno, quien unos años después asoció aquel proyecto con Teatro Odiseo, convertido hoy en un multiespacio con dos salas de teatro, una para 40 y otra para 50 espectadores y tres más destinadas a ensayos y talleres, además de un área destinada a lo gastronómico.
Y sumó: “En España, quedamos muy enganchados con la propuesta de obras breves, por eso que en 2014, con lo que teníamos a mano y en nuestra sala insignia dirigida por Walter Operto, pusimos en marcha el ciclo Historias mínimas que el año pasado cumplió su séptima edición; ese proyecto sumaba quince obras de 25 minutos cada una y estaban en cartel durante dos meses, a razón de tres por noche y en un único espacio. De algún modo, fue la antesala de todo esto”.
Pero detrás de todo ese trabajo de treinta talleres y unas 120 funciones al año en Teatro Odiseo, y más allá de la pandemia, lo que allí estaba expectante era el proyecto de Microteatro. “El cierre total por la pandemia nos obligó a parar todo por casi dos años; fue un tiempo para pensar y replantearnos lo que estábamos haciendo y, por fin, poder encarar el proyecto que habíamos visto en España. Fue un tiempo de diagramar, armar planos, distribuir espacios, definir un recorrido. Cuando todo eso estaba, me contacté con Miguel Alcantud, creador de Microteatro en Madrid, le presenté mi proyecto; le encantó el espacio y la propuesta y nos otorgó la licencia oficial. Es un creador que viene del circuito de teatro under en España y tiene una visión muy parecida a la nuestra”, contó Fernández Moreno, quien destacó que el espacio no cuenta con ningún tipo de subsidio de ninguno de los tres niveles del Estado y que él junto a la ayuda de amigos y familia logró poner en condiciones el lugar incluso el bar que va a funcionar en el mismo contexto.
Ver de cerca
Microteatro ofrecerá en principio un total de once obras breves: cinco en la Sesión Central que se verán de 19 a 21, y otras seis en la Sesión Golfa, desde las 22 hasta la medianoche, en este último horario con presentaciones de contenido erótico o experimental en relación con las poéticas.
“Hoy Microteatro es un proyecto que no conoce fronteras: Madrid, Barcelona, Miami, Ciudad de México o Lima en Perú, Buenos Aires y ahora Rosario son ciudades donde está funcionando. En total, en el mundo, hay quince proyectos de Microteatro; la propuesta pasa por crear pequeños mundos vinculados a las dinámicas de la vida contemporánea: todo es breve, variado e inmediato, con historias que si bien son cortas tienen todo lo que tienen que tener y quedan resueltas”, contó el creador que destacó que en breve se abrirán convocatorias en la ciudad para Microinfantil, Microstandup y Micromúsica.
Las temáticas de Microteatro Rosario durarán un mes cada una y se estrenan con un tópico mensual que en marzo será “Por dinero”, en abril “Por amor” y finalmente en mayo, “Por la mentira”, con elencos ciento por ciento rosarinos, producción de Natalia Operto en conjunto con Fernández Moreno, coordinación de Lucas Aquino y diseño gráfico y Community Manager de María Rosa Dariozzi.
“Este proyecto surge de nuestro amor por el teatro de producción independiente; sentimos además que, con un proyecto de estas características, promovemos, difundimos y ampliamos la cantidad de público que ve teatro local, que quizás atraído por la marca, el formato o bien por la posibilidad de, a partir del teatro, armar una noche completa y diferente, que permita combinar lo gastronómico con lo cultural y lo social, se acerque a Odiseo. El objetivo es, también, que todos los artistas vinculados al teatro puedan encontrar un reconocimiento en lo económico que, al mismo tiempo, retroalimente un sistema de producción de obras”, dijo Fernández Moreno finalmente quien además adelantó que a poco de comenzado este proceso, en unos días, estará abierta la convocatoria de junio con una temática a confirmar.
Las obras de marzo
La Sección Central que se pone en marcha este jueves estará integrada en marzo por las obras Si hubiera sabido, con dramaturgia y dirección de Brian Ciancio y la actuación de Gustavo Anania. “Si hubiera sabido que se escucha después de muerto no me mataba”, dice la breve sinópsis acerca de un ser enfrentando su último y eterno destino.
Le sigue Servicios para salir, de Daniela Martinangeli, quien además actúa junto a Marcela Ruíz Álvarez, bajo la dirección de Juan Biselli. Gracias a la próspera industria de la ruptura, Laura ha adquirido el mejor plan para terminar con su pareja. Lo que no se puede comprar es el valor para lograrlo.
En Secuestro, del español José Ignacio Tofé con dirección de Mailín Sylvester y actuaciones de Ariel Fumis y Camilo Orlando, una inusual secuestradora pedirá un extravagante rescate por su grotesca labor. Sin embargo un torpe pero entusiasta policía intentará impedirlo.
Ajustes de cuenta$, del también español Carles Harillo Magnet, es la obra breve que lleva adelante el grupo Sarna Con gusto, con actuaciones de Adriana Felicia y Germán Geminale, también directores, donde una pareja en trámites de separación se reúne en una sala por recomendación de sus abogados para decidir cómo se repartirán los objetos que han ido acumulando.
Mi mejor y querido amigo, de la dramaturga rosarina radicada en Buenos Aires Patricia Suárez, con dirección de Gustavo Maffei, tiene como protagonistas a Julia Chianetta y Patricia Pareja, quienes componen a Emilia y Manfredo, que se encuentran a tomar el té y a quienes los une el dolor por la partida de José Antonio, aunque tal vez en ese encuentro descubran mucho más.
Por su parte, dentro de la Sesión Golfa, se verá la obra Tres hermanos, con dramaturgia y dirección de Sebastián Villar Rojas y actuaciones de Juan Biselli, Juan Violetti y Macu Mascía, donde, tras la muerte de sus padres, tres hermanos acumulan demasiadas cuentas pendientes, entre ellas, la herencia familiar.
Nuestra despedida, de Santiago Dejesus, con dirección de Nicolás Cefarelli y actuaciones de Juan Pablo Yevoli y Leila Esquivel, retrata una despedida, «esos dolores dulces». Gaspar se va a España en busca de un futuro mejor. Julia está convencida de que es por otra mujer. Inés, la hija de ambos, duerme, o al menos eso parece (la obra será reemplazada por La Pecadería en esta primera semana de estreno).
Money4Nothing, con dramaturgia y dirección del creador rafaelino radicado en Buenos Aires Marcelo Allasino, con asistencia de Enzo Paul, cuenta con un elenco doble, integrado por Ofelia Castillo, Agostina Prato, Luciano Ciarroca y Emiliano Dasso. Todo tiene un precio: una show woman entrevista a un artista, y exhorta al público a ponerle precio a lo más sagrado: su deseo.
La venganza perfecta, de José Gregorio Rodríguez, con dirección de Marco Bernal Silva y actuaciones de Juan Pablo Leiva y Cecilia Alsina, propone un encuentro inesperado entre una mujer y el amante de su marido quien a su vez es su psicólogo. Entre ansiedades y confesiones, termina en una tragedia.
La Pecadería, de Alberto Rojas Apel, con dirección de Leandro Aragón y actuaciones de Paula Vallone y Paulo, con asistencia de Victoria Huber, cuenta la breve historia de una mujer desesperada que acude a La Pecadería para conseguir a cualquier costo una licencia para pecar.
También integra la grilla Like me views, de Noelia Álvarez, Carla Cattaneo, Juliana Morán, con dirección de Cattaneo, que cuenta con las actuaciones de Noelia Álvarez y Juliana Morán y asistencia de Agustina Pasini.
Para agendar
Microteatro Rosario se extenderá desde este jueves hasta el domingo 27 de marzo, con funciones todos los jueves, viernes, sábados y domingos, a las 19 y a las 22, en Teatro Odiseo, de San Lorenzo 1329. Las entradas se adquieren en la boletería de la sala. El ciclo tendrá continuidad en los meses venideros hasta junio inclusive.