El proyecto de ordenanza para la regulación de las ferias populares sigue en veremos. La iniciativa perdió tres veces estado parlamentario desde la primera vez que entró a mesa de entrada, en 2016, de la mano del entonces concejal Eduardo Toniolli. Silvana Teisa, presidenta de la comisión de Presupuesto y edila peronista, es quien impulsa el proyecto y quien denuncia trabas en la comisión de Gobierno.
Teisa relata que el proyecto encontró buen cauce, la semana pasada, en la comisión que ella preside, y que había entrado en la comisión de Gobierno con promesas de ser acompañado por el resto de los ediles, pero que con el correr de los días se encontró con que un pliego del oficialismo municipal había llegado a las manos de los feriantes, sin antes haber pasado por la mesa de Gobierno.
La presidenta de la comisión de Gobierno, Caren Tepp, concejala por Ciudad Futura, no estaba en conocimiento de este nuevo pliego y le confirmó a El Ciudadano que se le había dado prioridad en el orden del día del temario para su tratamiento lo antes posible.
Tepp rememora que el proyecto siempre había encontrado obstáculos en las comisiones de Producción, y asegura que hay buena voluntad para poder darle salida y visto bueno a la ordenanza, la cual deberá pasar por Presupuesto antes de llegar a ser votado por todos los ediles.
La edila de Ciudad Futura busca impulsar la figura legal de los convenios con el Ejecutivo local para entablar esas regularizaciones, a través de las cuales se constituirá un marco de legalidad “que haga que los avances entre el Ejecutivo y las ferias no se logren por medio de la voluntad del gobierno de turno, sino por medio de una norma que establezca normas de juego claras”.
Según Teisa, los concejales oficialistas “no quieren acompañar, porque dicen que necesitan tiempo para leer el texto” dijo en los micrófonos de LT8 y explicó su enojo al recordar: “Hace seis años que Toniolli lo presentó por primera vez”. El mencionado diputado nacional, ex edil de Rosario, se muestra suspicaz respecto de esta actitud y entiende que, si bien no está mal que el oficialismo muestre sus diferencias u opiniones respecto del proyecto de ordenanza que ya está en circulación, “las voces que deberían ser consultadas son las de los feriantes”, actores con quienes fue confeccionado el proyecto en primer lugar.
Toniolli relató el devenir de la iniciativa a El Ciudadano: “Presentamos la iniciativa en 2016, 2018, 2020, cada dos años. Cuando perdía el estado parlamentario, la volvíamos a ingresar. La construimos con los feriantes de las ferias populares”.
El legislador militante de HIJOS define a este tipo de ferias como “aquellas que no están en la órbita ni de (la secretaría de) Economía Social ni de Cultura, que son las oficiales, y de inmediato describió: “Básicamente son las ferias barriales que nacieron en el 2001-2003, al calor de la crisis, y después fueron evolucionando en otra cosa”.
Toniolli estima que estas ferias “son unas veinte, pero eso es variable en función de que algunas crecen tanto que se subdividen y se alejan y se van a algunas cuadras”, entre sí.
Las ferias populares se diferencian de las convencionales a partir de que, a los productores de la economía social y a los artesanos relacionados con el sector cultural, se les anteponen revendedores de indumentaria, comida y ropavejeros: “Son ferias netamente de supervivencia”, dice Toniolli.
La iniciativa propone un régimen de reconocimiento de la actividad laboral por parte del Estado y el establecimiento de pautas de funcionamiento de las ferias, regulando de esta manera la actividad «en aras de convivencia con el entorno, con la actividad comercial existente, con los vecinos y para tener algún tipo de control sobre la trazabilidad de la mercadería. Y evidentemente separar la paja del trigo: en cualquier actividad comercial formal siempre hay algún actor dentro de esa actividad que está haciendo cosas que no corresponden como vender autopartes, animales, etcétera. Los mismos feriantes siempre estuvieron de acuerdo con eso, pero lo que siempre han dicho es que fuera el Estado el que pusiera ese límite» para evitar conflictos internos, afirma Toniolli.
Darle un marco de funcionamiento con comités de ferias, delegados, estableciendo días, horarios, y una gestión en conjunto con el Estado, todo esto en los convenios de marcos de feria que se establezcan.
Los comités son organismos que existen actualmente y son adoptados por los feriantes de las distintas partes de Rosario para su organización, tanto en el lugar como en comunicación con otras ferias, a través de delegados, sostiene el actual diputado nacional: «La idea es que tenga un circuito formalizado de articulación con el Estado y que quede establecido en convenios de qué se encarga cada actor. El Estado iluminando y poniendo baños químicos, por ejemplo, y la feria encargándose de la limpieza del predio».
«Es el reconocimiento de un sector laboral y ese reconocimiento, a la vez, representa responsabilidades, pagar un canon. El régimen que establece una síntesis entre la ordenanza de las ferias que ya existen y las ordenanzas de venta ambulante, es como una especie de mezcla de los dos, porque a su vez reconoce a cada uno como vendedores ambulantes, en ese predio, en ese horario, en determinados días», sumado a las obligaciones que se imputarían, «como el pago de un canon anual, por ejemplo», cierra Toniolli.
Caren Tepp, desde su rol como co-firmante del proyecto junto con Eduardo Tonioli, alega que es la primera vez que llega a la comisión de Gobierno y que, al menos hasta el martes pasado, era recibido con la voluntad de ser acompañado por los siete ediles integrantes, entre los cuales se incluye a Fabricio Fiatti, oriundo del espacio Creo, de Pablo Javkin. Fiatti sostuvo un encuentro con su colega Teisa para aclarar las tensiones generadas por este nuevo pliego, aunque se espera que todavía la comisión se reúna este martes para poder sintetizar esta situación.