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Piden justicia por muerte de joven internado en la Colonia de Oliveros que apareció atado y quemado

Gabriel Pérez tenía 29 años, era consciente de que sufría esquizofrenia y epilepsia y se internó voluntariamente en la institución. A los 15 días, el 9 de marzo, lo encontraron atado y quemado. Falleció el lunes 14 en el Heca. Su familia quiere que se esclarezca la muerte y sus responsables

Gabriel Pérez tenía 29 años y era consciente de que tenía problemas de salud mental: esquizofrenia y epilepsia. Por eso, decidió internarse voluntariamente en la colonia psiquiátrica de Oliveros. Pero 15 días después de ingresar, el 9 de marzo último, apareció atado y quemado. El 14, falleció en el Hospital de Emergencias Heca, donde estaba internado en sala de cuidados intensivos. Los familiares del muchacho hicieron la denuncia ante la Justicia, exigen que se esclarezca su muerte y a los responsables de la misma.

“Cerca de las 13.30 (del miércoles 9) la llamaron a mi mamá para avisarle que Gabriel había tenido un accidente y lo estaban trasladando al Hospital Eva Perón de Baigorria, que había sufrido quemaduras”, relató Tamara, hermana del joven, el comienzo de un desenlace fatal. La chica agregó que su madre constató allí las extensas quemaduras en el cuerpo de Gabriel.

La familia presentó la denuncia en el Centro Territorial de Granadero Baigorria, y el caso quedó a cargo de la fiscal de San Lorenzo Melisa Serena, quien entre otras medidas ordenó la autopsia pertinente, prevista para este jueves 17 de marzo.

El cuerpo de Gabriel mostraba quemaduras de tercer grado en el costado derecho: mano, brazo, ingle y parte de la pierna y el torso.

La narración de Tamara, en base a lo que, dijo, le contaron otras personas a su madre, es dramática. Remitió buena parte de la posible reconstrucción de los hechos a una médica del psiquiátrico. Ella contó que Gabriel mantuvo una discusión con otro interno y en esas circunstancias sufrió un ataque de esquizofrenia.

“Para poder controlarlo, lo llevaron a una habitación y lo ataron de pies y manos. Lo estaba cuidando una enfermera que se retiró por un momento y al regresar, no sabemos cuanto tiempo pasó, lo ve a mi hermano prendido fuego. Intentó apagarlo con las manos pero no pudo, después le tiraron con una jarra de agua y fueron a buscar un matafuegos. No sabemos si en la habitación o a las tres cuadras, y a todo esto mi hermano en llamas. Esa es la versión que le contaron a mi mamá”, contó Tamara.

A Gabriel lo llevaron hasta el hospital de Granadero Baigorria, pero de allí lo derivaron por la gravedad de su estado al Heca de Rosario. A los pocos días de ingresar, minutos después de la 1 de la madrugada del lunes 14, falleció en el área de quemados del centro de emergencias.

«Dicen que el fuego empezó en las manos, pero cómo pueden saberlo si cuando lo vieron ya estaba prendido fuego, es muy difícil. En segundo lugar, cómo es que un interno con problemas psiquiátricos tiene acceso a un elemento que puede provocar un incendio, hay poca responsabilidad y negligencia en el lugar”. Tamara insistió así con las dudas que le genera a la familia la versión de personal médico de la Colonia, según la cual otro interno desencadenó la muerte tras una pelea y sin que lo pudieran evitar, o bien intentó liberarlo encendiendo las tiras de tela con la que estaba atado.

Los reclamos no quedan en esas circunstancias, y se extienden a lo que la familia tuvo que soportar después. “Fuimos a la Colonia a buscar la documentación y nos dejaron paradas en la puerta más de una hora. No nos dieron las pertenencias de mi hermano, nos dijeron que no había nada de él cuando mi mamá y yo le hemos llevado cosas. Nadie se comunicó con nosotras para dar una explicación, ni siquiera el pésame. La única fue una médica que contó los hechos”, refirió Tamara.

Tampoco, agregó la chica, le respondieron a la pregunta de si había cámaras de seguridad en la institución para reconstruir lo ocurrido. «Queremos justicia, que se esclarezca lo que pasó. Estamos seguros de que atentaron contra la vida de mi hermano, porque él en ese momento estaba indefenso con una crisis de esquizofrenia, pero en una situación de vulnerabilidad, atado de pies y manos y solo. Otra persona tuvo acceso a él y lo prendieron fuego. A causa de eso murió”, insistió Tamara.

Y, por las dudas, la joven aclaró: “No tenemos la intención de que cierren el lugar ni que echen
a nadie, pero queremos que esta situación se esclarezca para que no le vuelva a pasar a otra familia. Que nadie pierda a su familiar en una situación dudosa. No nos mueve ningún beneficio económico, queremos que las personas que
fueron responsables de la muerte de mi hermano den la cara y se hagan responsables».

 

 

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