Nara Acosta tenía 33 años y vivía en la provincia de Buenos Aires. Es la mujer que personal del hotel de calle Santa Fe al 1600 encontró muerta durante la mañana de este lunes en la habitación en la que se había alojado con un hombre, tras llamar varias veces sin respuesta pasada la hora en que ambos debían retirarse del lugar. Por el estado del cuerpo, los investigadores dedujeron que llevaba varias horas allí, tendido boca abajo en el jacuzzi del dormitorio.
La autopsia del cuerpo no arrojó en principio indicios de lesiones traumáticas, pese a que se realizó bajo el protocolo de femicidio. Restan conocer los resultados de los exámenes anatomopatológicos complementarios ordenados por el fiscal de Homicidios a cargo del caso, Adrián Spelta. La hipótesis apunta a un deceso ocasionado por el consumo de drogas.
La investigación está centrada, también, en dar con el acompañante de la fallecida, cuya identidad se conoce pero se mantiene en reserva. El auto en el que llegó la pareja hasta el hotel, un Volkswagen Vento, ya no estaba en la cochera cuando encontraron a la mujer.
Encontraron el cadáver de una mujer en el jacuzzi de un hotel céntrico
Crack
El fiscal explicó que la pareja se registró en el hotel el miércoles último y debía retirarse este lunes. Para avanzar con la investigación, ordenó el secuestro de cámaras de seguridad para ser peritadas. “No sabemos cuándo ni cómo se retiró el hombre del lugar”, aclaró Spelta, quien deslizó como una presunción que la pareja había consumido drogas en la habitación.
Más precisamente, crack, agregaron fuentes de la investigación. Es un derivado del clorhidrato de cocaína, pero que se consume fumándola en pequeños tubos de vidrio y tiene un efecto inmediato: empieza a actuar en aproximadamente 10 segundos.
Está considerada como la forma de cocaína más adictiva, con efectos iniciales más rápidos e intensos que los de otras drogas inyectadas. La inhalación del humo produce un breve estado de euforia, placer o aumento de la energía. También estimula el sistema nervioso y circulatorio, y de ahí su peligrosidad. Sus potenciales efectos adversos graves llegan a la muerte por trastornos cardiovasculares, psicológicos, hepáticos y pulmonares.
El nombre crack es una onomatopeya que evoca el ruido que hacen las piedras del compuesto elaborado con clorhidrato de cocaína y bicarbonato de sodio –generalmente adulterado con otras sustancias– al calentarse y evaporarse el componente activo.