Una mesa de trabajo conformada por estacioneros, camioneros, transportistas y peones de taxis de la provincia, advierte que si bien hubo cierta normalización en el abastecimiento de combustibles, durante los últimos días se naturalizó la existencia de un precio paralelo (o blue) para acceder al gasoil.
Este emergente comenzó a tomar distancia del precio del combustible oficial desde el comienzo de la pandemia e intensificó su escalada a partir del conflicto internacional que tiene su epicentro en Ucrania. La faltante en las estaciones (y los cupos para el expendio) dieron lugar a que el mercado mayorista regule la oferta y defina que el que quiera gasoil, lo pague a un precio más elevado.
Los miembros de esta nueva instancia de trabajo, denominada Mesa de Seguimiento de la Crisis Energética, representada por La Federación Argentina de Expendedores de Naftas del Interior (FAENI), las cámaras de estaciones de servicio (CESGAR), el gremio de estaciones de servicio (S.O.E.S.G.P y L.A), la Asociación de Transporte de Cargas Rosario (ATCR), el Sindicato Conductores de Camiones de Santa Fe y el Sindicato de Peones de Taxis, junto con los titulares de taxis nucleados en ATTI, apuntaron que existe una brecha aproximada del 65% en los valores de venta.
Por un lado está el precio en estaciones como YPF, que con el último aumento de combustibles dispuesto en marzo llevó el gasoil a 110 pesos el litro, mientras que por otra parte ratifican que el valor mayorista ronda los 180 pesos por litro.
El hilo conductor entre los actores de la Mesa de Seguimiento es que todos se ven afectados de alguna forma por este fenómeno. Tanto transportistas, como camioneros y taxistas advirtieron que su traslado a costo puede variar considerablemente con un valor de combustible y con otro. Pero por su parte, los estacioneros y expendedores consideran que esa brecha del 65% entre el oficial y el blue genera una distorsión en el mercado que ellos no pueden trasladar a precios ya que significaría una fuerte suba en surtidores.
Las consecuencias de la brecha
Desde Faeni y Cesgar, hace tiempo vienen reclamando un desfasaje entre el precio de combustible importado y el que tienen que acatar para la venta. En diálogo con El Ciudadano, el presidente de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni), Alberto Boz, manifestó: “Si el gobierno no se pone de acuerdo con las petroleras y no recompone la rentabilidad de las estaciones, vamos a estar con un problema. La otra opción es aumentar los precios. Nadie quiere aumentar los precios, pero el gobierno se olvida que somos la única actividad en Argentina que tiene el precio de venta regulado y costos asfixiantes”.
Desde hace tiempo la queja de este sector tiene que ver con costos que avanzan a gran velocidad y una rentabilidad cada vez más acotada. Ya que esta situación no puede ser compensada por retoques en las pizarras, solicitan una intervención del gobierno nacional en la negociación con refinerías y petroleras, para que cedan en las negociaciones y de alguna forma compensen a las estaciones.
Respecto al mercado paralelo que se generó ante esta situación, Boz detalló: “El gran problema son las estaciones de servicio de bandera blanca que reciben ese precio de gasoil importado con precio de venta de hasta 180 pesos. Si no hay gasoil en otras estaciones, lo venden, ahora si las estaciones cercanas tienen, no venden”.
El impacto según estación
El presidente de Faeni remarcó que ese diferencial se da particularmente en el interior de la provincia de Santa Fe y no tanto en Rosario o la capital provincial. A su vez distinguió la situación entre las estaciones de bandera, aquellas que tienen contratos de exclusividad con distribuidoras que garantizan cierto volumen y precio, de las de bandera blanca, aquellas que resultan perjudicadas en este contexto, ya que no cuentan con exclusividad contractual y deben negociar con distintas distribuidoras.
El reclamo de un sector del agro responde a esa situación. Deben recurrir a estaciones de bandera blanca y terminan pagando precio de distribución mayorista. La diferencia, según indican estacioneros y expendedores, es que tanto el agro como la industria, tiene la posibilidad de trasladar ese diferencial en costos, directamente a precios de venta.
“El gobierno concerta con todas las partes de la cadena, menos con nosotros. Quienes extraen petróleo están compensados, las petroleras pagan el barril criollo a 63 dólares y no a 120 como está ahora. A nosotros nos pisan el precio final pero nos piden que actualicemos sueldos y paguemos aumentos en tarifas”, consideró el referente de Faeni.
En el sector no solo preocupa el tema precio, sino la disponibilidad en el mercado. En ese sentido, consideran que una alternativa es que el Ejecutivo negocie con petroleras y refinerías para mejorar la rentabilidad de las estaciones y garantizar un normal abastecimiento, sobre todo para particulares.
El otro camino que proponen y que cuenta con el respaldo del gobierno provincial, tiene que ver con el aumento del corte de biodiesel en los combustibles, sobre todo en gasoil, llevándolo del 5% vigente al 10%. Consideran que de esa manera se pueden sustituir importaciones por producción nacional, sobre todo provincial. Pese a insistentes reclamos para revisar una ley que le quitó protagonismo a la industria del bio en beneficio de las petroleras, desde el gobierno nacional no hay respuestas concretas.