Un matrimonio santafesino que está prófugo hace más de dos años por una causa federal que investigó el hallazgo de la avioneta que en febrero de 2020 se estrelló en un campo de Naré, en el departamento San Justo, con un cargamento de 200 kilos de marihuana proveniente de Paraguay, sumó una nueva causa penal. Esta vez, el titular de la Fiscalía federal 2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, pidió la detención e indagatoria de Lorena Guadalupe Melgarejo y Claudio Andrés “Pulga” Casco como organizadores de tráfico de estupefacientes y lavado de activos.
El fiscal Rodríguez le atribuye al matrimonio haber organizado “actividades relativas al tráfico de estupefacientes” en la ciudad de Santa Fe y alrededores desde 2017 hasta la actualidad y haber puesto en circulación “bienes provenientes de actividades vinculadas al tráfico ilícito de estupefacientes, con la consecuencia posible de que adquieran apariencia de licitud”.
Así se refirió concretamente a la compra de una propiedad en la localidad de Sauce Viejo, ubicada en Estrella Federal 3017, que le fue concedida en 2017 por el hijastro de Luis Paz, Emanuel Maximiliano “Enano” González, a quien hallaron muerto a finales del año pasado en la cárcel de Coronda donde estaba detenido como miembro de la banda que dirigía el ex jefe policial Edgardo Baigoría, también condenado.
Encontraron muerto al hijastro de Luis Paz, condenado por narcotráfico, en la cárcel de Coronda
Además de esa propiedad, el funcionario del Ministerio Público Fiscal (MPF) agregó que ese mismo año el matrimonio adquirió dos autos, un Renault Fluence y un Ford Focus, por un valor superior a los 300 mil pesos. Tanto la propiedad como los vehículos fueron obtenidos, según Rodríguez, “disimulando la verdadera condición de propietarios”.
Por esa razón, también pidió la indagatoria de Javier Eduardo V., bajo sospecha de que produjo un aporte criminal necesario en la maniobra de lavado de activos del matrimonio al haber “prestado su nombre” en la adquisición del automóvil Ford Focus.
El fiscal pidió que ese vehículo sea decomisado, al igual que la propiedad inmueble de Sauce Viejo, en la que figura un bosquejo de escritura donde el titular registral González efectúa a favor de Lorena Guadalupe Melgarejo y Claudio Andrés Casco.
La pesquisa
En un extenso recorrido por distintas causas judiciales vinculadas al narcotráfico, el fiscal Rodríguez enumera cuatro episodios como evidencia de un comportamiento del matrimonio “compatible con la organización de actividades de narcotráfico”.
El primero tuvo lugar el 22 de febrero de 2020 y es el que dio origen a esta causa y otras aún en curso, cuando una avioneta que venía de Paraguay cargada de marihuana se estrelló en inmediaciones de un campo ubicado en el departamento santafesino de San Justo.
Por ese hecho fueron enjuiciados los transportistas Carlos Alberto Maldonado (ex policía) y Juan Adrián Fleitas González, y ambos resultaron condenados a cuatro años de cárcel por el delito de transporte de estupefacientes.
Dentro de la misma investigación se había librado, en abril de 2020, un pedido de captura nacional e internacional para Claudio Andrés Casco, de 45 años, y Lorena Guadalupe Melgarejo, de 43, que sigue activo ya que ambos permanecen prófugos. En octubre de ese año, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció un millón de pesos de recompensa para quien aporte datos sobre el paradero de los sospechosos.
En esa causa, el matrimonio estaba siendo investigado por su presunta participación en el episodio de la avioneta, pero un año más tarde, en marzo de 2021, Rodríguez inició una nueva investigación contra ellos por “la presunta existencia de una organización criminal integrada por un conjunto de personas y dirigida por los prófugos” destinada a llevar a cabo maniobras compatibles con el tráfico y comercialización de sustancias estupefacientes en diferentes puntos de la provincia de Santa Fe.
En esa pesquisa, el fiscal menciona que Lorena Melgarejo posee un extenso grupo familiar y menciona a cuatro de ellos por no tener ingresos económicos declarados pero asegura que reciben dinero “de forma frecuente”.
Según esa investigación, en la que menciona escuchas telefónicas llevadas a cabo por la Policía Federal Argentina, tanto Lorena como su pareja Pulga lideran una organización ilegal cuyos roles están bien distribuidos: por un lado el matrimonio, que imparte directivas, y por el otro los que ejecutan esas órdenes “de manera incuestionable”.
En esa estructura, y según las escuchas, a Lorena se la menciona con los apodos de “la tía”, “la lore”, “la loca”, en lo que el fiscal Rodríguez define como “una clara maniobra de seguridad tendiente a preservar la identidad de la mujer, en razón de encontrarse prófuga de la Justicia”.
Para el fiscal, el primer episodio de la avioneta involucra al matrimonio al frente de la organización narco. Al respecto destaca las declaraciones que el piloto de la aeronave Fleitas González realizó de forma espontánea tras su detención.
Según ese línea, se probó que inmediatamente después de siniestrarse la avioneta, al lugar del hecho arribó un vehículo Fiat Palio azul oscuro conducido por el ex policía Carlos Alberto “Pipi” Maldonado, mediante el cual se sustrajo de la escena del hecho el estupefaciente hasta allí transportado.
En su declaración, el piloto dijo que el conductor del auto se presentó como Pipi y lo ayudó a salir de la aeronave, para luego en forma conjunta retirar desde su interior los paquetes de marihuana, dejando los bidones con combustible. Finalizado el traspaso de los ladrillos de marihuana al interior del automóvil azul, se retiraron por el mismo camino.
El fiscal repasa los dichos del piloto hasta el momento que cuenta cuando conoce a la persona a cargo de la operación. Lo describe como un hombre de unos 50 años que se llama Claudio, “canoso y visco”, que llevaba una cadena de oro en su cuello y conducía un auto color rojo o bordó. Ese hombre se entrevista con Pipi y le dice al piloto que lo siga en el auto con alrededor de 200 kilos de marihuana rumbo a Santa Fe.
El fiscal concluye que “el nombre Claudio y su descripción como visco indudablemente indica que se trataba del mismo autorizado a conducir el automóvil Ford Focus, a nombre de Claudio Andrés Casco, pareja de Lorena Guadalupe Melgarejo”.
Por eso sindica al matrimonio de haber “facilitaron la logística necesaria para materializar el transporte” de ese cargamento de drogas desde la República del Paraguay, utilizando como medio una avioneta.
Más evidencia
El segundo episodio que menciona el fiscal Rodríguez tuvo lugar casi un año después del hallazgo de la avioneta, el día 11 de enero de 2021, cuando personal policial secuestró 487,6 gramos de cocaína en una mochila debajo del asiento del conductor de un Peugeot 206, en el que viajaban Nahuel Jonatán F., Noel Gladis M. y Diamela Carina C.
El auto fue detenido por efectivos de Infantería en la intersección de Damianovich y avenida Blas Parera de la capital provincial. Además de la droga, los uniformados secuestraron un celular, una balanza de precisión y un cuaderno con anotaciones.
El contenido del teléfono peritado apuntó otra vez al matrimonio ya que para el fiscal “resultó posible aclarar diversas circunstancias que rodearon el secuestro del material estupefaciente, lo que nos permite afirmar que el verdadero dominio del hecho en términos organizacionales le corresponde a la pareja Casco-Melgarejo”.
Otro hecho en el sur
Según Rodríguez, el tercer episodio que involucra al matrimonio al frente de la organización se desprende de escuchas telefónicas registradas los días 23 y 24 de mayo de 2021. Según notas periodísticas en la provincia de Santa Cruz, una banda asentada en esta ciudad de Santa Fe compraba pasta base para elaborar clorhidrato de cocaína, con el objeto de distribuirla en distintos puntos de la capital y enviarla disimulada dentro de baldes de pintura hacia la ciudad de Caleta Olivia, desde donde continuaba la cadena de distribución hacia las localidades de Perito Moreno, Los Antiguos y Gobernador Gregones, de la provincia de Santa Cruz.
El operativo incluyó más de veinte allanamientos en las provincias de Santa Cruz, Santa Fe y Entre Ríos, sumado a la detención de 13 personas (incluyendo un profesor de química) y el secuestro de casi siete kilos de cocaína.
El fiscal repara en que a partir de esas detenciones, en particular la de Cristian T., Lorena Melgarejo es inmediatamente puesta en conocimiento e incluso es quien da autorización para que Mario Rubén C. acompañara a sus familiares hasta las dependencias de la Policía Federal Argentina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para llevarle elementos personales. Esos datos se desprenden también de escuchas telefónicas en las que Lorena es llamada por el apodo de Tía.
La evidencia más reciente
Por último, para el fiscal hay un cuarto episodio “que permite observar otras notas características del accionar de Casco y Melgarejo” a partir de un hecho violento “acaecido muy recientemente” en Santa Fe. Se refiere al homicidio de Gonzalo Joaquín “Pandu” Ojeda, a quien mataron el 13 de marzo pasado en la puerta del boliche La Loca de la capital provincial. Según el fiscal, el crimen se cometió en el marco de un enfrentamiento entre bandas que se disputan territorio, lo que se desprende de un particular testimonio conocido tras ese homicidio.
Según Rodríguez se trata de un testigo que declaró bajo identidad reservada y brindó valiosa información luego de asumir que trabajaba para el matrimonio que se encuentra prófugo con quien dijo tener una relación “estrecha”.
De acuerdo a esa declaración que menciona el fiscal, el testigo culpa al Pulga Casco por el crimen de Pandu y luego brinda detalles desde que comenzó a vender drogas en una casa de barrio Nuevo Horizonte hasta la actualidad donde manejaba armas, tenía a su cargo mulas y manejaba abultadas cifras de dinero.
El fiscal Rodríguez aclara que “si bien los hechos que se desprenden de dicha exposición no constituyen objeto de investigación en estas actuaciones, consideramos que en la hipótesis delictiva aquí delineada este episodio resulta de significativo valor para entender una lógica basada principalmente en un dominio patrimonial de voluntades, pues no sólo que es narrado en primera persona por alguien que de alguna manera reconoce haber participado en el desarrollo y ejecución de conductas comandadas por Claudio Andrés Casco y Lorena Guadalupe Melgarejo, sino que además permite entrever tanto las importantes ganancias que la actividad ilícita arroja, como así también el empleo de la violencia, incluida la utilización de armas de fuego, como forma de garantizar el despliegue del negocio frente a otros grupos. Todo ello evidentemente organizado por los nombrados, actualmente desde la clandestinidad”.
El fiscal agrega que luego del homicidio de Pandu, Lorena no sólo solventó los gastos del sepelio y ayudó a los damnificados sino que mandó un mensaje para “que le diga a los chicos del barrio que no hagan nada por manos propia”, en relación a futuras represalias.
Para el fiscal, el homicidio de Pandu demuestra “el empleo de la violencia como forma de legitimar la autoridad de sus líderes o bien de resolver disputas territoriales con otros grupos”, en el marco de los enfrentamientos entre bandas delictivas antagónicas.