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«Acá tendría que vivir un hombre»: la nota que dejó el hijo de Julio López al censista

Rubén López, hijo del albañil y militante peronista, dejó una nota al censista en la puerta de su vivienda de Los Hornos con la leyenda: "Según la carátula de la causa, 'Presunta desaparición forzada'

Rubén López, hijo del albañil y militante peronista Jorge Julio López, dejó una nota al censista en la puerta de su vivienda de Los Hornos con la leyenda: «Según la carátula de la causa, ‘Presunta desaparición forzada’. ¡Acá tendría que vivir un hombre!».

«Censo digital cumplido, Los Hornos, calle 140 y 69. No sabía cómo explicar la situación, así que dejé en la puerta el papel pegado. Espero se entienda», posteó Rubén en sus redes sociales junto a una foto de la nota.

López desapareció el 18 de septiembre de 2006 en el marco del juicio al represor Miguel Etchecolatz, cuando estaba previsto que se presentara en el Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata para escuchar los alegatos del juicio contra el exjefe policial.

Antes, a fines de junio de ese año, él había testificado en uno de los testimonios más relevantes para lograr condenar a Etchecolatz, quien recibió cadena perpetua.

López pudo identificar al represor como quien participó del operativo en el que fue secuestrado a fines de octubre de 1976 y como uno de los que les aplicaba torturas a él y a otros detenidos en el centro clandestino de Arana.

El caso

El albañil Jorge Julio López desapareció el 18 de septiembre de 2006, cuando estaba previsto que se presentara en el Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata para escuchar los alegatos del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz, donde él había testificado a fines de junio de ese año, en uno de los testimonios más relevantes para lograr condenar al exjefe policial, quien recibió cadena perpetua.

López pudo identificar al represor como quien participó del operativo en el que fue secuestrado a fines de octubre de 1976 y como uno de los que les aplicaba torturas a él y a otros detenidos en el centro clandestino del Pozo de Arana.

El hombre había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979 en cinco centros clandestinos de detención. En sus testimonios brindados en el marco del juicio, López había sido muy claro en identificar a Etchecolatz como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones de tortura con picana en esa sede policial platense.

López, militante peronista, había señalado durante el juicio los centros ilegales donde estuvo detenido, como la comisaría Quinta de La Plata y el Pozo de Arana, donde su profesión de albañil le permitió describir sus lugares de cautiverio, aún cuando algunos de ellos habían sido remodelados.

Aquella mañana del 18 de septiembre de 2006, sobrevivientes de la última dictadura esperaron por horas que el hombre se presentara a presenciar los alegatos, pero López nunca llegó y hasta hoy se ignora su paradero.

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