La comisión de Control, Convivencia y Seguridad Ciudadana del Concejo hizo pública una fuerte interna que existe dentro de la secretaría de Control municipal. La situación comenzó con un reclamo por parte de los trabajadores sobre la falta de recursos para poder cumplir con sus funciones. En respuesta a esto la secretaria del área, Carolina Labayru, denunció severas irregularidades y hechos de «corrupción» con los que se encontró al asumir.
El pasado 25 de abril representantes del sindicato de trabajadores municipales asistieron a la reunión de comisión con el objetivo de que se conocieran “cuáles son las situaciones, de primera mano”, según dijo en su momento la secretaria adjunta del gremio, Yamile Baclini.
Entre las irregularidades que plantearon estuvo la «falta de personal de tránsito para los operativos, el faltante de alcoholímetros y narcolímetros para cumplir con los controles, los problemas para cargar combustible en los autos oficiales y la falta de grúas para acarrear vehículos» que presentaran irregularidades.
Tras eso, los concejales acordaron citar a la secretaria de Control, Carolina Labayru, para que dé explicaciones. Este encuentro se formalizó el lunes en la sede de Control y Convivencia donde la funcionaria detalló diversas «irregularidades» y «hechos de corrupción».
Con respecto a los reclamos de los trabajadores, Labayru defendió su gestión, aseguró que el municipio tiene alcoholímetros y narcolímetros para garantizar los controles y que los vehículos oficiales “no están en óptimas condiciones” pero que son aptos para funcionar.
Además, la funcionaria habló de situaciones que se daban dentro de la secretaría y con las que se encontró al momento de asumir. De acuerdo a lo que le explicó a los concejales, hizo un reordenamiento de recursos que le permitieron desbaratar algunos hechos irregulares.
Entre estas irregularidades, la secretaria municipal habló de gastos de librería por 80 mil pesos que se hacían desde un área específica y que, cuando se centralizaron pasaron a ser 50 mil pesos para toda la dependencia municipal.
Algo similar se encontraron cuando comenzaron a controlar la carga de combustibles para vehículos oficiales ante la sospecha de que en muchos casos se utilizaban las tarjetas para llenar el tanque de autos particulares de los encargados de área.
Otra de las situaciones que llamó la atención de los concejales tiene que ver con las grúas que se utilizan para el acarreo de vehículos durante los controles. De acuerdo a la versión de los trabajadores municipales, existe una especie de cupo para el traslado de vehículos que sobre fin de mes se cubre y a partir de ahí ya no se pueden trasladar.
De acuerdo a Labayru, lo que sucedió es que hubo un cambio en la forma de controlar el servicio que prestan las grúas contratadas ya que notaron serias inconsistencias entre los autos que figuraban en las planillas como acarreados y los que ingresaban al corralón municipal.
En algunos casos notaron falsos acarreos y en otros la aparición de autos que habían sido llevados al corralón seis meses atrás pero que se volvían a incluir en la planilla de los prestadores para volver a facturarlos.
Fuerte polémica
Lo cierto que, tras la presentación de la funcionaria, el Concejo estalló en una fuerte polémica.
El presidente de la comisión de Seguridad, el edil justicialista Lisandro Cavatorta, señaló en declaraciones a la emisora local LT8: «Los trabajadores pidieron hace unos 15 días una audiencia, buscando respuestas acerca de las cantidades de alcoholímetros, de narcolímetros, de reactivos y de agentes afectados a los operativos de seguridad, como también, de los acarreos hechos por las grúas y sobre la seguridad en las noches. La secretaria desmintió cada uno de los planteos, pero nos llamó la atención (lo denunciado) y cuando preguntamos si se hicieron denuncias o se labraron sumarios por esos hechos, no dio una respuesta concreta. Sólo dijo que estaban buscando documentación respaldatoria”.
Y agregó: “Quedó claro que hay que avanzar con denuncias penales, o sumarios internos como mínimo. Ofrecimos nuestro respaldo para que se llegue hasta las últimas consecuencias. Pero este problema no debe resentir la calidad del servicio en la calle: los vecinos y las vecinas no deben quedar como rehenes de esta situación”.
«Hay muchas más cosas que el municipio puede hacer por la seguridad: mejor control en la calle, mejor iluminación led, muchos más operativos conjuntos con la policía. Casi la mitad de los llamados al 911 – y esto está confirmado por el Ministerio de Seguridad – por son contravenciones municipales: ruidos molestos, invasión de espacio público, peleas entre vecinos”, añadió.
Quien salió a responderle fue la concejala oficialista Nadia Amalevi. «La secretaria Carolina Labayru nunca habló de un acto de corrupción. Hay concejales que siguen siendo periodistas”, disparó.
“La reunión con la secretaria Labayru constituye una mesa de trabajo. Labayru explicó modificaciones para hacer más eficiente el uso de los recursos públicos, esto se hace con el compromiso de los trabajadores”, explicó luego la concejala del javkinismo (bloque Arriba Rosario).
Al mismo tiempo, remarcó: “Me parece que se exageró, se hizo un show mediático, las declaraciones del concejal Cavatorta son las de un periodista. La secretaria Labayru nunca habló de corrupción, sino de un reordenamiento de recursos humanos y económicos. Si Cavatorta pretende criminalizar a los trabajadores municipales, es un problema del concejal que genera odio, bronca y está mintiendo”.