Basta repasar la vestimenta de Boca Unidos de Corrientes para justificar el título. Camiseta y pantalones eran de la marca Kappa, las medias SPORT2000 (indumentaria que usaba en la temporada pasada). Un papelón, así de simple. Pero como el fútbol no es solo moda, lo peor estuvo en el juego. Superado en todas sus líneas por un rival que parecía el seleccionado de GORDOS ANÓNIMOS. Y sobra con nombrar a Visconti, Tonelotto, César González (debió usa la camiseta número 3, jugando sobre la derecha, porque la 4 no le entró, según comentaron los colegas de TyC) y el ingresado Rolando Ricardone.
Claro que del otro lado se plantó una defensa con matices propios del más puro amateurismo, como es la de Central. En donde Peppino, Braghieri y Valentini (de arquero volante anduvo bien, atajó dos en la línea) no dejan errores por cometer. El primer gol fue una muestra de manual, Peppino despejó de cabeza (eso no es cabecear) para arriba, Tonelotto cabeceó en segunda instancia sin saltar, mientras Braghieri pareció intentar patearle la cola, y Valentini fiel espectador en la definición del grandote Visconti. UN HORROR.
Central mostró su peor cara. Por lo débil de su rival, y porque sus carencias fueron asombrosas. El Kily González y Figueroa están tan adaptados a la categoría, que son un par de jugadores más de los muchos del Nacional. Si de correr se trata, corren. Pero juegan muy mal. No funcionó Medina, tampoco Toledo cuando entró y en el medio El Kily y Zarif nunca hicieron pie.
Así, nada más que aprovechando los DISPARATES OFRECIDOS POR CENTRAL, Boca armó una victoria inolvidable. Y pudo ser más amplia, Braghieri con el partido 2 a 0 cometió un tan torpe como gigante penal que el árbitro ignoró.
¿Merlo?. Solo caras y gestos. Ya no quedan ni siquiera las insoportable cábalas. Su equipo no tiene identidad, tampoco patrón de juego. SE JUNTAN Y SALEN A LA CANCHA, como un equipo de colegio secundario. Así la cosa se complica, es cierto que falta mucho. TAMBIÉN QUE CADA VEZ JUEGA PEOR.