Por la tarde de este miércoles se conoció la noticia del fallecimiento de Viviana Nardoni, histórica militante política de la ciudad, sobreviviente del genocidio y ex directora del Museo de la Memoria de Rosario. Se la despedirá este jueves 16 de junio de 8 a 13 hs en Caramuto (Córdoba 2936).
Fue directora del museo ubicado en la esquina de Córdoba y Moreno desde 2015 y si bien su gestión terminaba en 2019, con el inicio de la pandemia la nueva gestión demoró el proceso y su dirección se extendió hasta fines de 2021. Justamente este miércoles 15 de junio por la tarde se estaba llevando adelante la designación de una nueva autoridad en el museo, Nardoni estaba presente y fue allí donde sufrió una descompensación que terminó por ser irreversible.
Nardoni estuvo detenida desaparecida en los centros clandestinos de detención La Calamita y el ex Servicio de Informaciones junto a su esposo Luis Megías, con quien declararon por por primera vez ante la Justicia -luego de más de 30 años de democracia- durante el juicio oral por la causa Guerrieri II n septiembre de 2013.
En diálogo con este medio, en una entrevista concedida en el marco del fin de su mandato planteó la importancia de sostener un espacio como el Museo de la Memoria en Rosario: «La memoria es una construcción social, nosotros sabemos que hay memorias políticas, diferentes, de determinados periodos históricos, pero es necesario que exista un hito arquitectónico que señale un lugar donde la historia política del país cambió dramáticamente, por ejemplo un ex centro clandestino de detención. Un lugar donde se ejercía el poder impune e ilegalmente. En un país que pretende ser democrático, eso es fundamental, lo hemos aprendido los latinoamericanos y especialmente los argentinos a partir de nuestras tragedias».
El Museo de la Memoria funciona actualmente en el mismo edificio que durante 25 años fue ocupado por el Comando del II Cuerpo de Ejército Argentino, que cumplió un rol fundamental en el diseño de la represión durante última dictadura. En colaboración con la policía provincial y diferentes estamentos de la sociedad civil rosarina, desde este lugar se diseñó y llevó a cabo el plan de persecución y exterminio que se desplegó sobre seis provincias argentinas.
Nardoni nunca dejó de ser una militante activa y participaba de cada encuentro, marcha y ronda que se organizaba para mantener viva la llama de la memoria.
