En 1962, en una Italia que ya auguraba la reconstrucción de la posguerra, el poeta y cineasta Pier Paolo Pasolini estrenaba su segunda película, Mamma Roma, una cruda radiografía neorrealista que sentó las bases de mucho del cine actual y que, como homenaje al centenario del nacimiento del cineasta, se podrá ver nuevamente en pantalla grande a partir de este jueves en los cines argentinos, incluidos los locales Cines del Centro, en copias totalmente remasterizadas 4K.
Pasolini llegaba a esta historia tras la aplaudida opera prima Accatone y envuelto en un movimiento que levantaba premios en festivales y galas y que ya contaba con célebres directores como Vittorio De Sica, Michelangelo Antonioni, Federico Fellini y un prominente Bernardo Bertolucci, entre otros, con coletazos que llegan a historias que se cuentan hoy. ¿Cómo se puede entender el cine argentino de fines de los 90, con Mundo Grúa o Pizza, birra, faso a la cabeza, sin el neorrealismo?
Siete películas de distintas latitudes, una de ellas rosarina, se conocen este jueves en la ciudad
Con Mamma Roma, Pasolini retoma la prostitución, un clásico de las películas de la época como en La Strada (Fellini), aunque deja de lado la desesperación por la búsqueda de trabajo que De Sica filmó en Ladrones de bicicleta. Presenta una cruza entre la petulancia de los jóvenes que no quieren trabajar por falta de perspectivas con el esfuerzo de sus padres para sacar adelante a Italia.
El realizador de Teorema contó con la actriz ganadora del Oscar y figura indiscutida del cine italiano Ana Magnani en el rol principal y con un joven y amateur Ettore Garofolo como su hijo adolescente. En Magnani encontró el sufrimiento y los anhelos de la primera generación de posguerra; en Garofolo una mirada entre angelical, pícara y devastada que, pese a su juventud, pareciera representar a la generación que fue al frente o luchó contra el fascismo.
En rigor, la historia cuenta que Mamma Roma (Magnani) es una prostituta que deja el oficio cuando su proxeneta se casa. La película comienza con la fiesta de casamiento en un pueblo italiano; la más feliz, al grito de «libertad», es Mamma Roma. Al salir de la celebración, va a buscar a su hijo, con quien tiene poca relación, para llevárselo a vivir a un barrio recién construido de las afueras de Roma, donde, además, tiene un puesto callejero en el mercado del barrio.
Ettore no entiende mucho de nada. No entiende qué hace la madre con él, no entiende qué va a hacer en Roma, ni entiende por qué se tiene que ir. Por las primeras imágenes que muestra Pasolini, con Ettore en un carrousel con sus amigos de la calle, se sobreentiende la infancia perdida del joven víctima de esta historia. Rústica y plena de amor, Mamma Roma pendula entre tratarlo como un niño (bailan tango juntos muy risueños) o como un adulto (se desespera por conseguirle trabajo).
Sin embargo, el destino de Ettore está echado. En Roma se suma a las malas juntas, de las cuales no se puede alejar pese a la paliza que le dan cuando él se quiere «apropiar» de una chica del barrio que suele intimar con sus amigos. Hurtos menores y una actitud desinteresada por la vida llevan a la separación de madre e hijo y a una búsqueda de redención, aunque más no sea en el plano espiritual.
Al igual que en Accatone, Pasolini elije filmar en escenarios naturales. Se sumerge en los mercados romanos y en los edificios que el fascismo había dejado a medio construir. Utiliza varios actores amateurs, como Silvana Corsini y Luisa Loiano, y pasea su cámara por los arrabales de barro, piedras y amarillento pasto sin cortar y los puestos de venta de segunda mano.
Son dos las películas que el cineasta asesinado en 1975 le dedicó a la cruda vida de la clase trabajadora que intentaba vivir el sueño burgués. Tras Mamma Roma su cine viró hacia una relectura de lo religioso (que también se puede apreciar en sus dos primeras películas) y existencial. O con revisiones del fascismo, la historia o clásicos eróticos en producciones como Los cuentos de Canterbury, Saló, o los 120 días de Sodoma o El evangelio según San Mateo. Aunque siempre mantuvo la mirada crítica y sincera hacia el estilo de vida capitalista imposible de alcanzar en sus personajes.
A 60 años de su estreno y exitoso paso por el Festival de Venecia, Mamma Roma vuelve a presentarse en pantalla grande en la Ciudad de Buenos Aires (Cinépolis Recoleta, Cinemark Palermo, Cine Lorca y Cabildo Multiplex) y en la provincia de Santa Fe (Cines del Centro Rosario y Cine América de la ciudad de Santa Fe).