Dos asaltantes irrumpieron este lunes por la tarde en una empresa de encomiendas y tras maniatar a los empleados y la dueña huyeron con un botín, estimado en 10 millones de pesos, junto a un cómplice que los esperaba en un utilitario en la zona sur.
De acuerdo con voceros policiales, el golpe comando se cometió poco antes de las 17 de este lunes cuando dos hombres, de unos 40 años, entraron al galpón de Rosario Cargas, ubicado en avenida del Rosario al 2700. Antes de que el encargado pudiera reaccionar, los falsos clientes sacaron sus armas, amenazaron de muerte a los otros cuatro trabajadores y los maniataron con precintos.
Para los pesquisas, los asaltantes hicieron inteligencia previa, ya que era el día donde recibían los paquetes para enviarlos a la ciudad de Buenos Aires y fueron directo a buscarlos. En la oficina había 70 encomiendas preparadas y justo en ese momento, llegó la propietaria del local en un utilitario con otras 80 cajas. Roxana se sorprendió de que el portón del galpón estuviera cerrado, entró y fue sorprendida por la dupla de ladrones, quienes también la maniataron.
La mujer contó que los asaltantes, uno llevaba casco y el otro tenía un pasamontañas, golpearon a dos de sus empleados y los maltrataron.
El atraco duró casi media hora, de acuerdo con las víctimas, donde los ladrones se llevaron las 150 encomiendas valuadas en casi 10 millones de pesos, no sin antes cambiarse de ropa dentro del utilitario de la dueña del comercio. Tras analizar las secuencias tomadas por las cámaras de seguridad de la zona, los investigadores indicaron que la dupla huyó en un Volkswagen Saveiro donde los esperaba un tercer cómplice, indicaron fuentes relacionadas al caso.
“Se llevaron los celulares de todos nosotros y al irse nos dijeron podíamos desatarnos cuando escucháramos el ruido de la moto en que se iban a ir, pero se escaparon en la Saveiro”, explicó Roxana ante los medios de comunicación.
Con el correr de las horas, también surgió la versión de que uno de los empleados pudo recuperar su celular luego de que una vecina de San Juan al 5600 llamara a uno de sus contactos para decirle que había encontrado el teléfono en dicha cuadra.
El caso quedó a cargo del fiscal de la Unidad de Flagrancia en turno, quien ordenó las medidas de rigor al personal del Gabinete de Criminalística y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
