La Liga transita sus primeros pasos. Con apenas un puñado de fechas, entregar verdades absolutas sobre los equipos sería muy pretencioso. Con el mercado de pases aún abierto, esta semana seguramente traerá novedades. Los poderosos de billetera esperan por Luis Suárez o Arturo Vidal; el resto cuenta las monedas o ve si el rojo del balance le permite reforzarse dignamente.
En ese contexto, el fútbol a veces se pone solidario con los más débiles y busca equilibrar. Laburo, intuición, apuesta a inferiores, entrenadores ingeniosos, sentido de pertenrcia y algún refuerzo googleable que sale a la cabeza en la quiniela permiten que el torneo no sea exclusivo de Boca y River, aunque AFA hace lo posible para que eso suceda.
Ahí aparece Newell’s. En lo alto de la tabla, un lugar desconocido en tiempos recientes donde se acostumbró a barrenar el fondo. El equipo de Sanguinetti se fortalece a partir de una gran preparación física –el principal sustento-, un técnico que supo aprovechar y potenciar lo que tiene, y refuerzos que se acomodaron rápido y le dieron validez a su llegada. El sorprendente Willer Ditta, Armando Méndez, Leonel Vangioni, Juanchón García e incluso Gustavo Velázquez justificaron su chapa de “refuerzos”. Y aunque hay cierta deuda en Djorkaeff Reasco, ni se notó.
Newell’s corre, esa puede ser una definición sencilla y rápida para identificar al equipo de Sanguinetti. Y esa virtud, en defensa lo hace poderoso, molesto para los rivales, muy difícil de penetrar. En ataque, en cambio, a veces ese ímpetu lo desordena, lo hace impreciso. Pero con tanta solidez atrás, no hace falta hacer tantos goles. Por ahora alcanza con la cuota de Juanchón, la racha de Ramiro Sordo con la red y alguna pelota parada. Más adelante, si quiere seguir molestando arriba, tal vez necesite un poco más. Por eso el DT insiste con uno o dos refuerzos en ofensiva, intuyendo que le puede pasar lo del cierre de la Copa de la Liga, donde se quedó sin gol cuando la definición apretaba.
“Para traer algo más, debe ser mejor de lo que tenemos”. La frase de cabecera de los directivos en este mercado por ahora parece cumplirse sin desvíos. Llegaron Fabián Ángel y Cristian Ferreira, refuerzos interesantes si se tiene en cuenta la billetera de Newell’s. El problema es que falta alguien en ataque, y aferrarse a esa premisa puede provocar que no venga nadie. Y Juanchón, Reasco y el pibe Rossi, más Sordo, Garro y Cingolani parece poco para encarar un torneo largo con aspiraciones.
Al margen de no querer asumir la condición de candidato, ya que es más cómodo merodear la zona alta sin que se den cuenta, Newell’s decididamente tiene potencial para no bajarse tan fácil. Lo demostró con Argentinos y Estudiantes, dos equipos del pelotón de los buenos.
Tras años de penurias, de frustraciones y decepciones constantes, la Lepra empieza a devolverle la guita a los hinchas, esos que bancaron siempre, que metieron el cartel de “sold out” en el Coloso una y otra vez, y a cambio recibieron poco y nada. Ahora parece que vino la buena, pero nadie quiere levantar la voz y proclamar candidatura. Aunque verse arriba en la tabla es un mimo al alma que hacía falta.