La saga de extorsiones a comercios no da respiro. Como si con el inicio de la feria judicial los casos se hubieran intensificado. En la madrugada de este miércoles, la puerta de un local de Teniente Agneta y Junín, en barrio Ludueña, quedó marcada con cinco tiros. Los disparos, dijo el dueño, son parte de un apriete por el que le exigen nada menos que 60 mil dólares.
El fin de semana, otra sucursal de la carnicería y pollería Mis Soles fue blanco de disparos extorsivos. Este local está ubicado en calle Formosa al 70, también en zona noroeste. En el local de Teniente Agneta y Junín el apriete trajo una complicación extra. Uno de los tiros dañó la casilla de gas y tuvo que acudir personal de Litoral Gas. El propietario dijo que evalúa cerrar el emprendimiento.
La situación sufrida por el carnicero posee los lugares comunes de este tipo de casos. “Recibí un llamado de un desconocido que me decía que acababa de balear la carnicería, que ponga plata para protección porque esto iba a seguir”, dijo Matías, el dueño, al noticiero De 12 a 14.
En las últimas horas, trascendió el caso de un bar ubicado en Urquiza y Magallanes, cuyos dueños reciben mensajes desde hace aproximadamente un mes. El local fue atacado a tiros el lunes por la noche. Y los maleantes tuvieron la deferencia de hacerlo mientras se encontraba cerrado.
La situación es desesperante. “Decidimos hablar en los medios. Que alguien se haga cargo, no tenemos cómo trabajar, no tenemos otros ingresos”, señalaron.
La misma familia tiene un almacén en French y Felipe Moré que fue atacado el 21 de junio cuando había clientes en el interior. “El día anterior, estaba atendiendo y vino un joven a pedirme cigarrillos. Cuando se los doy, me da un papel. Después de irse se subió la chomba y me mostró un arma. En el papel había una amenaza, decía que llamáramos a un celular”.
Reguero de balas contra un bar del noroeste, a metros de donde asesinaron a una mujer en febrero
El martes, también gatillaron contra el frente de una carnicería de Cabassa al 1700 (Carnes Rosarinas). “Comunicate”, decía el mensaje que dejaron con un número de teléfono.
Zona sur no estuvo exenta. Un supermercado de Abanderado Grandoli y Centeno fue tiroteado por la tarde, cuando se encontraba cerrado. El dueño, que vive en Gutiérrez y Maestros Santafesinos, también sufrió ataques en su casa. El asedio obedece a la exigencia de un pago por “protección”, según trascendió.
“El jueves fueron tres disparos y el sabado a la noche otros diez. Además, dejaron notas amenazantes para que no avise a la Policía porque iban a tomar represalia con mi familia”, comentó el comerciante a Telenoche.