“La remera es blanca y negra, es toda una señal”, cuenta Matías Bernardini y se lo nota entusiasmado con esta chance de reinventarse en el básquet y de jugar por primera vez en Europa.
El escolta formado en Temperley jugará en Portimonense de la Liga de Portugal y viajará en septiembre para sumarse a su nuevo equipo en un territorio en el que pocos jugadores argentinos de han animado a probar.
“Estaba con ganas de jugar en el exterior tanto por lo económico como por lo profesional y la experiencia sobre todo. Creo que todo basquetbolista tiene la ilusión de alguna vez jugar en Europa y cuando se me presentó esta posibilidad no lo dudé”, explica el perimetral que viene de un corto paso por La Salle de Tarija en Bolivia luego de jugar en la Liga las últimas campañas.
“Portugal es un mercado poco explorado y en el que creo que tengo lugar para crecer. Me hablaron muy bien del país, de la Liga y la ciudad de Portimao es hermosa”, completa Matías, quien pasará un tiempito más entre Buenos Aires y Rosario y después emprenderá viaje. Los colores de Temperley lo acompañarán en su nuevo destino para hacerlo sentir en casa.
