Parece más grande y se lo dicen siempre. Paulina Aprile tiene 14 años y es arquera de Central. En la Ciudad Deportiva de Baigorria, unos minutos antes de que el plantel comience a entrenar, escondió por un ratito su obvia timidez y se animó a una charla con El Hincha.
A los 50 minutos del segundo tiempo, en el Gigante de Arroyito, hizo su gran debut. Agustina Sánchez se tiró al piso y levantó la mano. El profe le dijo que entrara en calor y segundos después, Roxana Vallejos la mandó a la cancha en lugar de la arquera uruguaya. Fueron sus primeros minutos con la camiseta de Central, en un partido que el elenco de Arroyito ganaba 4-1 ante Excursionistas por la fecha 12 del Campeonato YPF.
“Estaba feliz, con tan poca edad debutar en el Gigante. La pasé bien”, recuerda Paulina, quien se convirtió en la futbolista más joven de la historia del club en debutar en la máxima categoría. En su puesto, el antecedente más cercano es en 1940: Héctor Ricardo tenía 16 años, 9 meses y 28 días. Aprile lo hizo con 14 años y 10 días.
Sus comienzos en el fútbol, a pesar de su corta edad, son similares a la de la gran mayoría de las futbolistas que compiten en el Campeonato YPF. Arrancó a los 5 gracias a su hermano, cuatro años más grande y ahora alejado de las canchas, quien entrenaba en Griffa. “Me empezó a gustar, le dije a mi mamá y me empezó a llevar”, rememoró. En el plantel era la única niña y “la gente se sorprendía mucho”. Pero, cuando la vieron jugar, empezaron a llegar más nenas.
De una punta a la otra. Paulina comenzó jugando de centro delantera, pero en un partido la pusieron en el arco por urgencia y nunca más se movió: “Me gustó, las agarré todas en ese momento y me quedé ahí”. El vicio de meter goles lo sigue despuntando cuando se junta a jugar con sus amigas en alguna canchita. “Ahí no me gusta atajar y juego de 9”, dice entre risas.
Paulina pasó de Griffa a Central sin escalas: “Estaba ahí y me quedaba sin club, así que con mi papá nos pusimos a buscar. Una amiga vio que había pruebas en Central y me dijo que vayamos, que ella iba. Quedé en Sub 16, con chicas más grandes”. La amiga sigue jugando en el club de Arroyito en la categoría Sub 16. Casi sin tiempo de espera, la pequeña arquera no pasó por reserva y fue directamente convocada a la Primera.
El día que le tocó debutar, ante Excursionistas, Vanina Correa estaba lesionada. La arquera de la Selección no se recuperó para el partido siguiente y con la baja de Agustina Sánchez, Paulina jugó su primer partido como titular. Fue ante Estudiantes de Buenos Aires, en un partido que terminó 4-2 para las de Caseros.
“La titularidad fue con más nervios. Después me terminé sintiendo cómoda”, recuerda y dice que las compañeras “me dieron consejos y me decían que esté tranquila”.
El deporte forma parte de su vida, no sólo porque es su profesión, sino porque también es su estudio. Actualmente está cursando el segundo año de la secundaria en el Instituto Superior Incorporado “Gral. San Martin”, escuela con formación en Educación Física. “A las corridas”, sus horas las pasa de la escuela a la casa, de la casa a Baigorria y después a casa nuevamente. Dice que ninguno de los otros deportes que estudia le apasiona como el fútbol y que cuando tienen hándbol aprovecha para pulir sus dotes de arquera.
Quiere seguir bajo los tres palos y le gustaría jugar en la Selección Argentina. Le gusta mucho el “Dibu” Martínez y toma todos los consejos que le da su compañera de plantel, Vanina Correa. Todavía dar entrevistas le da vergüenza y es una arquera de pocas palabras, pero se va soltando. Y sueña en grande: “Esto no me lo esperaba, menos con esta edad, me lo esperaba tal vez más adelante, pero no con tan poca edad”.
La joven arquera Canalla entró a los libros de historia del fútbol auriazul y va por más, el sueño de vestir la camiseta albiceleste, al momento, lo tiene en la mira.
