Un baño de realidad. Un cachetazo para entender que el Clásico fue un triunfo importante, pero no entrega inmunidad futbolística. Central cayó 3-0 ante Central Córdoba en el Gigante. Un resultado sorpresivo, pero que estuvo acorde a lo que sucedió dentro de la cancha donde un equipo disciplinado y ambicioso fue demasiado para un Canalla que entró a jugar con demasiada liviandad.
El fútbol argentino no permite distracciones. La paridad de los equipos es mucha y la confianza a veces es mala consejera. Central llegaba en alza al choque ante Central Córdoba. Racha positiva de puntos, arco invicto unos cuantos partidos y los festejos por el Clásico ganado era un combo que entusiasmaba. Y el inicio pareció contagiarse de ese clima festivo. El Canalla se hizo dueño del mando del partido, aunque fue livianito.
Central Córdoba enseguida vio que Central entraba en trance, y salió a aplicar el plan de juego ordenado por Abel Balbo. Presión alta, con cuatro jugadores ofensivos muy molestos. Y cuando a la defensa canalla la pusieron a jugar con riesgo, empezó a fallar. De pronto, la seguridad de los últimos partidos desapareció, y aparecieron los espacios para el rival.
El mérito de la visita fue animarse. Con un Martínez endemoniado que hizo lo que quiso con Blanco (a veces se excedió), con dos puntas potentes, y un González Metilli amenazante con su dinámica. Hubo avisos. Un par de pelotas cruzadas por la espalda de los zagueros y el mal retroceso de los laterales generaron los primeros revolcones de Servio. Pero Central no reaccionó. Y apareció el gol.
La jugada fue una reseña perfecta del momento del partido. Robó Martínez en una salida por la izquierda canalla; peleó el uruguayo López y amplió la cancha hacia la otra banda; Y González Metilli metió una volea fotográfica para romper con los casi 400 minutos de Servio sin recibir goles.
La intuición predecía que el Ferroviario se iba a refugiar cerca de Rigamonti para sostener una ventaja clave para la lucha por el descenso. No fue así. Hubo una reacción mínima canalla, con un remate de Benítez que el arquero visitante despejó cuando se le metía, y una jugada a puro potrero de Buonanotte que neutralizó el propio arquero.
Pero Central seguía desestabilizado atrás. Y el rival lo vio. Otra vez fue López el que metió un centro a la puerta del área y allí Soraire metió una enganche de malambo ante Báez y remató entre muchas piernas que descolocaron a Servio. 2 a 0, tan justo como inesperado.
El segundo tiempo mantuvo posturas. A Central le sobró voluntad y le faltaron ideas. Los centros de Lautaro Blanco fueron la única arma para intentar emparejar el marcador, demasiado poco frente a un rival muy disciplinado que nunca se resignó a atacar, o contraatacar.
Y así fue más fácil que llegara el tercero de la visita que el descuento canalla. Y fue tras un pique al vacío de López con Tanlongo y los zagueros con platea preferencia de la corrida y Servio cometiendo penal. Martínez tuvo su premio con una gran ejecución, y Central tuvo un castigo grande con un 3-0 que dejó en claro que todavía tendrá que trabajar mucho Tevez.
La previa del partido
Carlos Tevez le cambió la cara a este Central. Lo hizo de a poco. Con mucho trabajo y paciencia. Y los frutos se están viendo partido a partido.
Este lunes Central tiene la enorme chance de ratificar este buen momento que atraviesa en la Liga Profesional. El Canalla recibe en el Gigante a Central Córdoba de Santiago del Estero desde las 19. Y en caso de lograr un triunfo, el Apache podrá hacer algo que no pudo conseguir el Kily González ni Leandro Somoza: ganar tres partidos al hilo.
Tevez arrancó su ciclo en Central con dos derrotas: Gimnasia y Aldosivi. Pero ahí el equipo mostró cosas diferentes. Con Sarmiento logró su primera victoria. Empató con Independiente en Avellaneda. Y después consiguió ganar el Clásico en Arroyito y golear en Sarandí a Arsenal. Pero lo más importantes es que Carlitos le empezó a dar su estilo. Y eso buscará ante el Ferroviario que dirige Abel Balbo.
Central, que hasta hace poco era punto, en el partido de hoy será banca. Y con ese rótulo deberá lidiar frente a un equipo que firma un punto antes que Darío Herrera pite el inicio.
El Canalla mostró rendimientos muy buenos en los últimos partidos. Y eso es mérito del Apache, que supo transmitir el mensaje para que los jugadores hagan el resto. Servio, que hace cuatro encuentros que no recibe goles, muestra seguridad y además marca en la red rival. Almada cambió agravios por elogios y hasta se calzó la cinta de capitán ante la lesión de Montoya. Tanlongo se acomodó en el mediocampo, siendo un pulpo en la recuperación e inteligente en la distribución. Y Veliz se ganó el puesto a base de sacrificio y goles. El lungo delantero anotó el tanto del Clásico y le hizo uno a Arsenal.
Con esa famosa columna vertebral el Canalla tiene argumentos para seguir escalando posiciones. El obstáculo de hoy será Central Córdoba, un equipo que no pudo arrancar todavía. Y ahí Central deberá ser paciente su juego y elegir el momento para darle una nueva alegría a su gente, que desde hace varios días ya agotó todas las entradas disponibles.