Pablo Salum, el principal denunciante en la causa que terminó con el desbaratamiento de una secta que tenía su centro de operaciones en el barrio porteño de Villa Crespo, relató este sábado que fue el primer niño víctima de la organización y dijo que durante los años en que estuvo captado sufrió abusos.
La secta fue desbaratada entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado, en el marco de más de 50 allanamientos en CABA y la provincia de Buenos Aires.
Salum relató que fue el primer niño captado por la secta cuando tenía 8 años y recordó que «la primera reunión que fuimos éramos 4 personas, yo fui el primero niño en ser captado. Luego fue creciendo rápidamente y éramos más de mil personas», agregó.
En declaraciones desde Córdoba al canal TN, dijo que, en principio, era una escuela de filosofía, de cultura New Age, donde se practicaba yoga y adonde su madre acudió por un problema de salud.
Explicó que el lugar fue creciendo y «empezó a tener más adeptos, la captación y el sometimiento fue empeorando. Pasé de tener una familia hermosa a no tener nada. Nos dejaron totalmente destruidos», apuntó.
«Los nenes era obligados a tener relaciones sexuales con adultos y con sus propios padres», aseguró.
Salum fue el primer niño que logró escapar y denunciar lo que estaba sucediendo en esta secta llamada «Escuela de Yoga» y las primeras presentaciones las realizó entre 1991 y 1992, aunque por aquél entonces «quedaron en la nada».
La secta desbaratada tenía base en la Argentina, pero contaba con sedes en el extranjero, y el principal delito que le imputa la justicia es la trata de personas con reducción a la servidumbre mediante la coerción.
«Estoy mal, estoy conmovido, son más de 30 años de lucha y tomé la decisión de hablar porque veo ciertos medios allegados a la organización que la defienden. Ellos tienen a mi familia y no me dejan otra opción que salir a hablar», afirmó Salum.
Al hablar de su ingreso a la secta, dijo que su mamá «tenía un problema de salud y fue a diversos médicos y no le encontraban el problema, por lo cual comenzó a ser captada por distintos gurúes, entre ellos Juan Percowicz, un contador público que se había convertido en un gurú de filosofía yoga del cuarto camino».
«En ese momento fuimos la tercera y cuarta persona en ingresar a la organización y fui el primer niño en ser captado a los 8 años», añadió.