Un día como hoy la Selección Argentina hacía historia y se coronaba con su segunda medalla olímpica de oro. El hecho sucedió en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y en el equipo que en ese momento dirigía Sergio “Checho” Batista (campeón del mundo en México ’86), jugaban Lionel Messi, Juan Román Riquelme, Sergio Agüero y Ángel Di María, entre otras figuras.
El saldo de esa victoriosa Sub 23 fue seis partidos jugados, seis ganados, once goles a favor y apenas dos en contra. Con esa presea dorada, la albiceleste revalidó los laureles en Atenas 2004 y se consagró bicampeón olímpico.
Aquella tarde de 2008, en el Estadio Nacional de Pekín, el conjunto argentino le ganó la final a Nigeria por 1 a 0 y el protagonista fue Di María. El «Fideo», tras un preciso pase de Messi, fue el responsable de anotar el gol de la gloria, con una exquisita emboquillada que dejó al arquero nigeriano sin chances de nada.
Trece años después, el actual jugador de la Juventus de Italia haría algo similar en la final de la Copa América 2021 frente a Brasil y nada menos que en el Estadio Maracaná. Otro golazo por arriba del arquero, otra final con su sello, otro logro.
El camino hacia el oro de 2008 comenzó en el grupo eliminatorio frente a Costa de Marfil 2-1 (Messi y Lautaro Acosta), Australia 1-0 (Ezequiel Lavezzi) y Serbia 2-0 (Lavezzi –de penal- y Diego Buonanotte).
En los cuartos de final frente a Holanda empataron en el tiempo reglamentario 1 a 1 (Messi), pero Argentina, con gol de Di María en el minuto 105, pasó a la semifinal y en esa instancia lo esperaba el favorito, Brasil. Pero frente a todas dudas, la verdeamarela quedó en el camino después de la gran actuación del conjunto nacional, que se impuso por 3 a 0 con dos goles de Agüero y uno de Riquelme de penal.
“No me puedo quejar de lo que me dio el fútbol, ya que pude compartir con los dos más grandes jugadores de la historia que yo vi: (Diego) Maradona como compañero y Messi como entrenador. Quizá me llegó muy pronto la chance de dirigir a la Selección. Arranqué con los juveniles y, al poco tiempo, ganamos la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing con un equipo impresionante, donde además de Lio estaban Riquelme, Agüero, Di María y (Javier) Mascherano, entre otros. Un grupo excepcional que disfruté muchísimo”, dijo Batista hace unos meses en un reportaje.
Y agregó: “Me queda la satisfacción de haber dirigido a Messi, un verdadero fenómeno también fuera de la cancha, que te hace todo simple y sencillo. Traté de ponerlo en el lugar donde más cómodo se siente y de acuerdo al equipo que teníamos. Se portó diez puntos con nosotros”.
Aquel plantel de Beijing, además de las figuras ya mencionadas, lo integraron Lautaro Acosta, Éver Banega, Diego Buonanotte, Federico Fazio, Fernando Gago, Ezequiel Garay, Ezequiel Lavezzi, Luciano Fabián Monzón, Nicolás Pareja, Sergio Romero, José Sosa, Oscar Ustari y Pablo Zabaleta.
La semilla de la renovación futbolística arrancó en esos nombres, hasta aggionarse a la renovada fe –motorizada por la Scaloneta- que volvió a potenciar la pasión por la albiceleste y que ahora sueña con la Copa del Mundo.